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Crítica / Música

Eileen Jewell: la dueña del tempo

Eileen Jewell: la dueña del tempo

Aún no ha cumplido los cuarenta, pero Eileen Jewell cuenta con una carrera consolidada en la música americana y con un sobrenombre que no le hace justicia, "la reina del acorde menor", en alusión al título del disco lanzado en 2011. Si hay una palabra que la define es eclecticismo, porque en su repertorio se dan la mano el blues, el country, el bluegrass, el R&B, el góspel? gran parte de los géneros de la historia musical estadounidense que en sus composiciones y en sus versiones dialogan con naturalidad. Esta cantautora está de gira por el norte de España presentando su último trabajo, "Down Hearted Blues" (2017), y el jueves hizo parada en Gijón para ofrecer dos horas de buena música en directo ante dos centenares de seguidores entregados desde la primera canción.

Jewell vino acompañada por su banda, con la que lleva años tocando en directo, y eso se puede percibir no sólo en la complicidad entre los músicos sino también en el sonido que logran en directo. Todo suena compensado, equilibrado, natural e incluso aparentemente fácil, nada más lejos de la realidad. Son muchos los palos que componen su repertorio, muchos los lenguajes y las correspondientes técnicas que se combinan con maestría, pero si algo llama la atención dentro de estos estándares de calidad es el asombroso control del tempo. Muchos temas discurren por esquemas rítmicos estables, trenes de guitarra, bajo y batería bien asentados que pasarían desapercibidos si no fuera por las variaciones que Jewell introduce en los tempos, ralentizando, incluso en ocasiones suspendiendo los pulsos de un tema para conseguir posteriormente pasajes de aceleración que levantan hasta a la audiencia más difícil.

No era el caso del pasado jueves, el público vibraba desde los primeros compases, hubo palmas, coros y bailes entre los asistentes, y toda esa energía la devolvió Jewell en forma de música. Canciones como "Richman´s World" marcaron el ritmo rockabilly desde el principio, con el característico slap en el contrabajo; pronto llegaron temas más lentos con maneras de blues, en los que la cantante lució lirismo con un gran control del vibrato. Dejó la guitarra acústica para ejercer de "frontwoman" con el R&B "Don´t leave me poor" o con "Another night to cry", ambas del nuevo disco, y puso un plus de intensidad para cerrar el repertorio con "You´ll be mine". Aún quedaban los bises, que se pedían desde el público a golpe de ovaciones; Eileen Jewell no se hizo de rogar, y cerró la tanda con una versión del "Shaking all over" de Johnny Kidd and the Pirates con guiños al "Paint it black" de los Rolling Stones. El Albéniz era una fiesta. Gran concierto que confirma la buena acogida de esta artista en la ciudad; ya contaba con un buen número de seguidores, pero seguro que se ha incrementado tras el concierto del jueves. Eileen, vuelve cuando quieras.

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