Una nueva interpretación de los datos obtenidos en 2011 por la sonda "Mars Reconnaissance Orbiter" (MRO) concluye que lo que inicialmente fueron considerados riachuelos detectados en Marte serían en realidad corrientes de arena, según informó la NASA. "Las marcas oscuras en Marte, anteriormente consideradas una prueba de corrientes de agua en su superficie, han sido interpretadas por una nueva investigación como flujos granulares, en los que granos de arena y polvo caen ladera abajo, creando cauces oscuros", reconoció la NASA en un comunicado. Las conclusiones descartan además la presencia de suficiente líquido en el Planeta Rojo.