La mujer que ha tumbado el imperio Weinstein apunta hacia otro coloso: Disney. Rose McGowan, una de las víctimas de Harvey Weinstein y punta de lanza del movimiento que ha destapado los abusos y acosos sistemáticos en la industria de Hollywood, ha cargado contra la productora tras revelarse que John Lasseter, el fundador de los estudios Pixar y responsable de títulos como "Toy Story", acosó a una guionista de la cuarta entrega de la saga de los jugetes, Rashida Jones. El productor se ha tomado una excedencia de seis meses de mutuo acuerdo con Disney, en la que ocupa el cargo de director creativo y responsable de los estudios Pixar.

La reacción de McGowan, a través de su cuenta de Twitter, no se ha hecho esperar. En su post, la actriz asegura haber oído hablar del comportamiento de Lasseter, y afea la reacción de la productora, achacando la salida del cineasta de una decisión de relaciones públicas (PR). Todo ello antes de afear a la Disney su complicidad con los abusos: "Eran dueños de Miramax cuando me violaron".

A McGowan no le falta razón: Walt Disney Studios adquirió Miramax en 1993, y los Weinstein se mantuvieron dentro de la estructura del estudio hasta 2005, cuando fundaron "The Weinstein Company". McGowan sitúa en 1997 su violación. Con Pixar, el gigante del entretenimiento replicó la jguada: absorbió el estudio de animación en 2006, pero mantuvo a su equipo creativo, con Lasseter al frente, y les dio libertad para trabajar. Lo que McGowan cuestiona es si en la Disney sabían de los comportamientos inapropiados de sus jefes de sección y los silenciaban.