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"Manta Ray", regreso de plata

La banda gijonesa se reúne para celebrar los 25 años de La Plaza, bar simbólico y germinal del "Xixon sound"

"Manta Ray", en una azotea en Gijón en 2006.

Nacho Álvarez es bajista de "Manta Ray". No sólo. También es quien abrió en 1992 el bar La Plaza en Cimadevilla (Gijón). Nacía como bar sin más. Pero el tiempo, o mejor aquellos tiempos de los años noventa, lo convirtió en un centro de agitación cultural, dicho ello con todos los honores y en el mejor de los sentidos. Hay más. El propio Nacho Álvarez y José García son los únicos que siempre estuvieron en "Manta Ray", ya que la banda tuvo sus cambios de formación.

"Manta Ray" nació, pues, sobre el eje de Nacho Álvarez (que ahora lidera el "Quarteto Bendición") y José García (Josele, ahora "Elle Belga"). Luego fueron entrando Juan Luis Ablanedo, Xabel Vegas, Nacho Vegas, Frank Rudow e Isaías Sanz.

"Manta Ray" es, además, uno de los grupos que asomaron a la escena a la par que el movimiento "Xixon sound", cuyos protagonistas desfilaron precisamente por el bar de Cimadevilla. Por cierto, una etiqueta (la de "Xixon sound") con la que muchos están de acuerdo en integrarse y otros no tanto. Nacho Álvarez no le da mayor importancia. Pero tampoco reniega de ella.

Así pues "Manta Ray" fue un grupo con su propia personalidad, que triunfó rápido fuera de Asturias. Ganó el "Villa de Bilbao", todo un referente de los concursos nacionales, y fue aclamado desde revistas tan pegadas a este tipo de tribus musicales como "Rockdelux". El grupo alcanzó la gloria posteriormente con giras por Europa y Estados Unidos.

Nacho Álvarez ratifica que La Plaza nació sin intenciones de ser el epicentro del movimiento rock surgido en los noventa con fuerza en Gijón. Pero de pronto por allí empezaron a alternar el director del festival de Cine, José Luis Cienfuegos, componentes de aquellos grupos que levantaron la escena en los noventa -léase, entre otros, "Australian Blonde"- y gentes, en fin, que consiguieron un fenómeno cultural (muy musical) que traspasó Pajares.

Efectivamente, entre los que dejaron huella y certificaron personalidad propia está "Manta Ray", que hizo una de sus cumbres cuando, en un concierto en la muy celebrada sala La Real de Oviedo, presentó el disco "Pequeñas puertas que se abren y pequeñas puertas que se cierran". Eso fue en 1998, cuando el grupo ya estaba maduro (y bautizado su sonido como atmosférico o nuclear) y avanzado en sus asuntos tecnológicos (entonces presentaron su "theremin", instrumento cuyo nombre nació en honor del inventor Leon Theremin).

Digamos que aquello fue la culminación a un proyecto que, como otros tantos de aquel tiempo, había nacido de encuentros, charlas y veladas al amparo de una cerveza (o tres) en el bar del bajista de "Manta Ray".

Y La Plaza celebra ahora sus bodas de plata. Veinticinco años después sigue activa y muy viva. De hecho, su fundador tiene ya a punto de horno su nuevo disco, "Retales de vientos enfurecidos" (con el citado "Quarteto Bendición"). Eso sí, la onda musical es diferente, ya que, apunta Nacho Álvarez, la línea se inclina hacia Nick Cave, Cohen o Tom Waits.

Pero ahora toca la celebración de "Manta Ray" y La Plaza, que se traslada al Albéniz el fin de semana del 8 y 9 de diciembre. El viernes estarán "Captains, "Schwarz" y "Triángulo de Amor Bizarro". El sábado lo hará "Amorante", con cierre final de "Manta Ray", que evocará aquel sonido de etiquetas infinitas pero que se ajustaba al "avant" en su faceta progresiva. La despedida será con una sesión Dj.

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