El pintor Eduardo Arroyo (Madrid, 1937) se ha reivindicado en Bilbao como "un pintor que hace otras cosas", al que cada vez le interesa más la escultura "con minúsculas", porque le permite trabajar la dualidad de los personajes que en ellas representa.

De esta forma, en sus últimas obras confronta en la misma talla a personas y personajes tan dispares como Falstaff y Orson Welles, Tolstoi y el personaje de cuento Bècassine, el jefe indio Gerónimo y Cyrano de Bergerac o "La tirana", de Goya, con la bailarina, cantante y actriz negra de principios del siglo XX Joséphine Baker.

Arroyo se ha expresado de esta manera en la presentación a los medios de su exposición "Le retour des crosades", en la que presenta los cuadros y esculturas realizados en los últimos 15 años y, especialmente, en los últimos cinco.

Ha confesado que, a sus 80 años de edad, la misma edad que la del pintor británico David Hockney, a quien el cercano Museo Guggenheim Bilbao dedica otra exposición con sus retratos más recientes, hace 8 meses que no pinta nada.

Tras asegurar que actualmente solo escribe, otra de sus aficiones, y aunque no ha descartado volver a pintar, ha revelado que cada vez le interesa más la escultura, por lo que no descarta que su próxima obra sea una talla.

"La gente no sabe que la escultura a mí me ha interesado siempre -ha revelado- aunque la escultura con minúsculas, porque tampoco pretendo ser un escultor, como me ocurre con la literatura, que la hago con minúsculas, porque tampoco pretendo ser un escritor".

"Yo quiero ser un pintor que hace muchas cosas, que pinta, que escribe, que hace cerámica y que hace esculturas", ha agregado.

Eduardo Arroyo también ha señalado que su colaboración para la obra de teatro Boris Godunov "va a ser el último aporte que voy a hacer el mundo del teatro, por la muerte, en 2008, de la persona que lo dirigía, el actor y director teatral Klaus Michael Grüber".

"Yo creo que ha pasado ya mi hora de hacer decorados para los teatros -otra de sus facetas artísticas-, porque desgraciadamente Kalus Michael Grüber se ha muerto".

"Era un auténtico genio y yo siempre he querido trabajar con alguien que me sorprendiese porque hay que intentar trabajar siempre con la gente que te sorprende y Klaus fue quien me hizo dedicarme al teatro en 1967", ha señalado.

El artista madrileño también ha alabado al Museo de Bellas Artes de Bilbao y ha dicho que, si hace años consideraba que en España había tres grandes museos, el IVAM, de Valencia, el Reina Sofía y el Bellas Artes de Bilbao, en la actualidad ha "tachado a los dos primeros de la lista".

"Aquí hay un gran museo en todos los sentidos, que va a crecer, se va a engrandecer y va a sorprender cada vez más, porque hay una sociedad que le respalda", ha sentenciado.