Los científicos españoles tienen que tener estabilidad laboral y un marco profesional equiparable al del resto de Europa. Así se frenará la fuga de talentos. La cudillerense Rosa Menéndez introdujo estas dos ideas ayer en la toma de posesión como presidenta del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la agencia estatal que vela y promueve la investigación en España. Rosa Menéndez, la primera mujer al frente de dicha institución, prometió su cargo delante del ministro de Economía Luis de Guindos en la sede central del CSIC, en Madrid.

En su primera intervención como presidenta, Menéndez afirmó que "empezamos esta etapa ilusionados y esperamos concluirla orgullosos por nuestra aportación a lo que la sociedad nos pide, progreso del conocimiento, solución a los retos sociales y contribución a la riqueza de nuestro país". Además del ministro, asistieron la secretaria de Estado de Investigación, Carmen Vela, los rectores de las universidades Complutense, Autónoma y Rey Juan Carlos de Madrid, el rector de la Universidad de Oviedo, Santiago García Granda, la directora general de Investigación y Universidades del Principado, Cristina Valdés, y muchos compañeros de su grupo de trabajo en Asturias, del Instituto del Carbón (INCAR) y del Colegio de Químicos de Asturias.

Menéndez apostó por que el CSIC ofrezca un entorno científico, técnico y de gestión capaz de atraer y enganchar a los mejores equipos de investigación y "lograr que estos se identifiquen con la institución, además de mantener al mejor talento de la casa". Calificó al CSIC como "un organismo complejo con un potencial enorme" y abogó por aprovechar el nuevo Plan Estatal 2017-20 y el IX Programa Marco de I+D de la Unión Europea "para aspirar aún mejores resultados". Para obtenerlos el CSIC "debe entender su papel en un ecosistema más complejo en el que participan también innovadores, industrias y agencias gubernamentales para lograr un mayor impacto, desarrollando proyectos interdisciplinares y también reforzando los recursos humanos no sólo científicos sino técnicos y de gestión", además de mejorar su colaboración con las instituciones regionales y las empresas, especialmente las pymes.

Menéndez afirmó que "en Europa, y en España, el panorama se perfila los próximos años con un incremento sustancial en la inversión como demandan los ciudadanos y nuestras empresas". Para ello pidió "una gestión profesional y ágil que haga más fácil el día a día del personal científico". Y añadió: "La gestión no puede basarse simplemente en la vocación de sus integrantes, sino que debe estar dotada de puestos de trabajo permanentes con unos niveles acordes a su grado de conocimiento y así evitaremos que nos abandonen los profesionales que hemos formado por destinos que les valoren más profesionalmente".

Menéndez señaló como uno de sus retos "la renovación del CSIC, de su personal, la incorporación de contratados del Programa Ramón y Cajal y los mecanismos de estabilización, la figura del investigador distinguido y la forma de valorar el conocimiento de los investigadores consolidados, además de atraer a nuevas generaciones ofreciéndoles un marco profesional similar al de otras instituciones europeas".

Rosa Menéndez ha incorporado a su equipo a Víctor Velasco como vicepresidente de Relaciones Institucionales, a Jesús Marcos como vicepresidente de Investigación Científica y Técnica y a Alberto Sereno en la secretaría general, aunque recordó que "cuento sobre todo con los directores de los 120 centros del CSIC. No me falléis. Continuaremos con la labor de asesoramiento con rigor e independencia".

El ministro De Guindos resaltó la permanencia de Rosa Menéndez durante toda su carrera profesional. Defendió las inversiones de su ministerio en el CSIC. No obstante reconoció que "debemos reforzar aún más nuestra apuesta por la Ciencia", que situó en cuatro ejes, el aumento de la financiación, el fomento de la investigación, la mejora de la gestión de las relaciones entre la investigación pública y la privada y la creación de indicadores de desarrollo en I+D. "La apuesta por la Ciencia merece la pena", concluyó el ministro.