El Museo de Bellas Artes de Asturias ya tiene en sus instalaciones la segunda donación del pintor Aurelio Suárez (Gijón, 1910-2003), recibida de Gonzalo J. Suárez Pomeda, hijo del pintor, que ayer detalló la composición de esta colección en la biblioteca del museo. También definió la figura de su padre, tanto personal como artísticamente. Una personalidad muy ordenada que cuidó hasta el más mínimo detalle de sus obras y de los objetos y manuscritos que guardaba con rigor.

Se incorpora pues al Museo de Bellas Artes la biblioteca completa del pintor, con 1.629 ejemplares, muchos de ellos de historia del arte, aunque también los hay sobre literatura, ciencia y geografía. Una de las claves históricas es que muchos de estos ejemplares de esta biblioteca tienen notas manuscritas del pintor gijonés. También se donan otros objetos conservados por miembros de la familia, así como recortes de prensa, catálogos y folletos. Una circunstancia ésta muy importante en la que Gonzalo J. Suárez Pomeda hizo hincapié ya que se trata de las reseñas sobre la obra del pintor, que él mismo clasificaba de su puño y letra con fechas. Igualmente en el mundo de los libros es relevante el fondo donado de exlibris, con más de cien ejemplares.

Otro aspecto de la donación que se incorpora a la pinacoteca, muy valorada por el director del Museo, Alfonso Palacio, son las 44.000 postales. Hay que sumar colecciones de conchas y numerosos objetos de diversa naturaleza que se plasman en diversas series pictóricas del artista.

"No hubiera existido como pintor sin todo lo que tenemos encima de la mesa. Sin una gran cultura no es posible que haya un gran creador. Este orden que tenemos aquí fue necesario para Aurelio Suárez", dijo Gonzalo J. Suárez Pomeda en referencia a la donación ayer presentada. "Mi abuelo era marino, por lo que un día estaba aquí y otro allí, luego vivió con unas tías y hay que sumar también la época en Madrid. Eso le obligó a un mundo pictórico muy reducido. Toda la producción de mi padre se metería en el baúl (en referencia al baúl expuesto) y sobraría el baúl. Estos elementos son fundamentales para cada cuadro", explicó. Y añadió: "Cosas como la biblioteca y las postales eran las fuentes de inspiración para poder pintar. Muchos de esos objetos que él coleccionaba aparecen en sus obras. Siguiendo los bocetos dejó rastro de dónde vivía, cómo vivía y dónde pintaba", matizó su hijo, que puntualizó: "En su obra dejó manuscrito su mundo. Y el ejemplo son las fotos que hacía y que luego pintaba".

Alfonso Palacio, que agradeció y destacó el valor de la donación, desveló que habrá un trabajo de investigación, "una publicación donde presentaremos las obras de la colección de Aurelio Suárez puesto que ya tiene la entidad como para publicar un monográfico. Ése es el trabajo de investigación que haremos sobre su obra, además del de una doctoranda de la Universidad de Oviedo que prepara una tesis sobre el pintor", explicó el director del Museo.

En el amplio y largo recorrido de la colección mostrada ayer se incluyen también algo de alto valor, como lo son los útiles del pintor, la colección musical y la de conchas, entre otras.

Tal como explicó Gonzalo J. Suárez Pomeda, entre las dos donaciones se puede decir que toda la obra de Aureliano Suárez está depositada en el Museo de Bellas Artes. No en vano la documentación muestra al detalle el entorno del pintor, ya que a los libros, documentos y fotografías personales se suman los de su familia, muy ordenados y decorados por el autor. No faltan carpetas y álbumes con dibujos de gran valor sentimental. Las donaciones que se encuentran en el Museo también se pueden observar en internet, en la web aureliano.es, pinchando los enlaces "donación de mayo" y "noviembre".