Quedan pocas horas para despedir el 2017 y es tradición entrar en el nuevo año tomando las 12 uvas. Pero hay que ser consciente de los posibles peligros que se pueden desprender de esta práctica, sobre todo para los más pequeños de la casa. Así lo advierten desde la Sociedad Española de Otorrinoloringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC), y es que los menores de 5 años, al no estar acostumbrados, pueden atragantarse con esta fruta, ya que su textura y tamaño pueden obstruir sus vías respiratorias. Comer uvas es la tercera causa de asfixia entre los niños.

"La laringe de los niños está bastante más alta y los pequeños no tienen desarrolladas todas las habilidades para la masticación", explica el doctor Faustino Núñez, del servicio de Otorrinolaringología del HUCA. "Con la premura de las campanadas es muy fácil que se cuele una uva entera. Hay que tener en cuenta que las uvas tienen el tamaño ideal para impactar en la vía aérea y obstruirla como un tapón de corcho".

La maniobra de Heimlich es la mejor opción en caso de atragantamiento, aquí te explicamos algunos pasos para practicarla, no obstante los expertos recomiendan la prevención para no encontrarnos en esta situación. "Con los nervios del momento hay poco que hacer en caso de que un niño se atragante con una uva, a veces pecamos de optimistas y no nos damos cuenta de que la deglución es un proceso de aprendizaje, hay que introducir alimentos que puedan expulsarse con la tos", argumenta el doctor Núñez.

Los frutos secos o el jamón son otros de los alimentos con los que conviene extremar la vigilancia. Cortar el jamón con unas tijeras para que al masticar no se haga una pelota es uno de los consejos para que los pequeños puedan participar sin sobresaltos de los menús familiares.