Licenciada y doctora en Filología Clásica y licenciada en Filología Hispánica, antigua profesora en Harvard, María Elvira Roca (El Borge, 1966) acaba de pedir excedencia como profesora de Lengua en el instituto Huerta Alta de Alhaurín de la Torre para afrontar mejor la catarata de trabajos, charlas y colaboraciones que ha supuesto la publicación de uno de los éxitos editoriales del año: "Imperiofobia y leyenda negra".

- ¿Por qué nace la leyenda negra?

-Es un fenómeno que tiene toda la lógica si uno lo mira con frialdad. Todo lo que destaca, sea una nación o una persona, genera una reacción casi inmediata de admiración y envidia a partes iguales. Lo comparo con el antiamericanismo para que se conozca muy bien cómo es el estado emocional: todos no sentimos absolutamente justificados a criticar a Estados Unidos sin misericordia y nos alegramos de lo malo que les pasa en realidad. Esa es la posición que tuvo España en un momento determinado de la Historia. Si a eso le sumas que, como también los Estados Unidos, España chocó con una serie de poderes pequeños y locales que se sintieron en peligro frente a ese imperio, es completamente lógico que esos poderes recurran a la única herramienta que pueden, la propaganda, porque no pueden derrotarlo en lo militar, en lo económico ni en lo cultural ya que en ese momento España es una potencia hegemónica.

- Pero el imperio ya pasó...

-Y se ha solidificado en la opinión pública europea toda una visión de España que está vinculada a ese proceso histórico, y que ya no es entendida como propaganda o deformación sino como la pura realidad.

- ¿Por qué Europa acepta esta colección de tópicos y exageraciones de siglos pasados?

-¿Cómo vas a despojar de la Historia de Holanda la hispanofobia?, tendrías que escribir una Historia de Holanda diferente para poderlo entender. Y si a los ingleses le quitas ese pilar en torno al que ha girado su autoestima nacional desde el siglo XVI tendrás que escribir también otra Historia.

- Luego la leyenda negra sigue muy viva.

-Claro que sigue viva, porque dibujó una versión de la realidad, que se ha perpetuado, por ejemplo, a través de los libros de texto.

- ¿Hay algo de cierto en ella?

-Tú coges una realidad relativamente pequeña, la tuerces, la magnificas y la conviertes en una enormidad.

El mundo era intolerante

- La Inquisición condenó a muerte a unas 1.300 personas.

-Todos hemos pensado que la Inquisición era una especie de inmenso monstruo que vivía en España y que a través de los siglos destrozó y acabó con la vida de cientos de miles de personas. La Inquisición no es mentira que existiera, ahora, tienes que dimensionarla, colocarla en su justo término y ver lo que era en su contexto. Desde luego que es una manifestación de intolerancia religiosa, pero es que intolerancia religiosa era lo que había en el continente desde Gibraltar a la Península Escandinava. Todo el mundo era intolerante. Entonces, tienes que ver es qué gestión hace de la intolerancia la Inquisición y qué gestión hacen los demás. Comparando realidades, te das cuenta de que la Inquisición fue mucho más tolerante, respetuosa y compasiva que la gestión que se hizo en los territorios protestantes, que fue absolutamente atroz. Para empezar, en la mayor parte de las ocasiones no había ni siquiera proceso legal.

- Reparte estopa entre los más conocidos hispanistas - Pérez, Elliot, Kamen... - por apuntarse a la leyenda negra.

-Supongo que es una inercia de pensamiento, no creo que sea por ninguna maldad. Tiene también todo la lógica si uno se detiene a analizarla. John Elliot, por ejemplo, no puede salirse del cuadro mental según el cual, el imperio español y el imperio inglés han tenido una vida en paralelo, con sus correspondientes colisiones, y finalmente termina venciendo el imperio inglés y siendo derrotado el español, cuando ese es un planteamiento absolutamente descabellado. Mientras hubo imperio español no hubo imperio inglés. Inglaterra era un poder periférico, pequeño, que se sostenía con muchísima dificultad a todos los niveles y que no fue capaz de consolidar ninguna expansión territorial ni en el XVI, ni en el XVII, ni en el XVIII y tiene que esperar, muy avanzado el siglo XIX, para que se produzca esa gran expansión colonial, que dura muy poco. En 1700, el imperio español de América tiene una población censada que sobrepasa los ocho millones de habitantes y las 13 colonias, que los ingleses han conseguido medio estabilizar en la América del Norte no llegan a los 200.000 habitantes. Entonces, cualquier intento de establecer una paralelo entre estas dos realidades es negar la evidencia de que a un lado sí hay un gran imperio y en el otro, el intento de afianzar una expansión territorial que termina fracasando muy rápidamente.

- Cada 12 de octubre, una parte de la izquierda española califica la conquista de América de genocidio.

-Una de las razones por la que la leyenda negra se perpetúa es porque es muy confortable para determinados sectores de pensamiento. Si uno justifica lo que va mal echándole la culpa a alguien con una tradición muy larga de tener la culpa de todo, uno no tiene que explicarse, por ejemplo, por qué hay esa violencia tan bestial en México o la dificultad que han tenido las repúblicas hispanas para construir estados razonablemente sólidos. Problemas reales de ahora que si tú le echas la culpa a lo que pasó hace dos siglos, ya no tienes que ponerte a pensar qué he hecho mal. Declararse víctima es muy socorrido y un aliviadero colosal.

- ¿Se acabará algún día la leyenda negra?

-No es un fenómeno solo de España. En el mundo de habla española, a un lado y al otro del Atlántico, tengo clarísimo que si nosotros no revertimos ese proceso autodestructivo aquí y allí, del furgón de cola de la Historia no saldremos jamás, pero ni nosotros, ni los mexicanos, ni los colombianos, ni los argentinos. Ese trabajo debe hacerse en nuestro propio ámbito cultural porque se tiene muy clara la idea de que la leyenda negra perjudica a España, pero no hasta qué punto perjudica a las naciones de Hispanoamérica. Error garrafal, porque han inoculado un auto odio a su propia tradición cultural, siguen teniendo todavía hoy más parte de su Historia en el mundo virreinal que en la etapa posterior a la independencia, y la condena de todo ese pasado los lastra a ellos, como nos lastra a nosotros.

- ¿Es casualidad que Carles Puigdemont haya escogido Bélgica, una de las cunas de la hispanofobia, para fugarse?

-No se ha ido a Italia o a Irlanda, por ejemplo. Se ha ido a donde él piensa que va a tener apoyo. Y es notable el apoyo de la ultraderecha flamenca. ¿Y de dónde les viene a esos señores, que la mayoría no habla español, la idea básica de que todo lo que sea contra España tiene que ser necesariamente bueno?