El monstruo de Frankenstein vino al mundo para aterrorizarlo hace doscientos años. El 1 de enero de 1818 vieron la luz con sólo 500 copias las sombras literarias de una novela que haría historia en el género de terror: "Frankenstein o el moderno Prometeo". La autora, una desconocida Mary Shelley de 18 años, no podía imaginar que su "criatura" se convertiría en una figura esencial de la cultura y el imaginario colectivo, con el cine como habitual paisaje por el que el doctor Frankenstein y su creación (a la que erróneamente se denomina con frecuencia con el nombre de su "padre") a partir de restos de cadáveres se mueve desde las fundacionales películas de Boris Karloff. El último actor que encarnará al monstruo es Javier Bardem. Entre los cineastas fascinados por el mito hay un asturiano, Gonzalo Suárez, que rodó "Remando al viento" en 1988 con un desconocido Hugh Grant como Lord Byron.

La novela nació gracias a la erupción del Monte Tambora en la isla indonesia de Java. Uno de los volcanes más imponentes. Su furia cubrió con un manto de cenizas los cielos de Europa, las temperaturas bajaron en pleno verano y la lluvia fue constante. El mundo se quedó sin una estación. En ese escenario dantesco y aterrador, un grupo de ingleses que pretendían pasar al verano en "Villa Diodati", junto al lago Leman, en Ginebra, vieron cómo sus intenciones se oscurecían y pasaban a ser cautivos del clima. Se los presento: el poeta Lord Byron, su médico personal John Polidori, el escritor Percy Bysshe Shelley y su compañera y futura esposa y escritora, Mary. La noche del 17 de junio de 1816, el grupo se impuso un reto: crear la obra de terror más horrible jamás concebida. Sólo Mary Shelley, que sólo tenía 18 años, lo cumplió, publicando dos años después "Frankenstein o el moderno Prometeo".

De Frankenstein y sus circunstancias sabe mucho el escritor asturiano Miguel A. Delgado. Hace dos años fue comisario de la muy visitada exposición "Terror en el laboratorio, de Frankenstein al doctor Moureau". La primera cuestión es inevitable: ¿por qué el mito perdura tan vivo 200 años después? "Porque las preguntas que plantea aún luchan por tener respuestas concluyentes".

Lo que más fascina a Delgado de Frankenstein es "la capacidad que tiene para atrapar uno de los temores que más han condicionado los avances de la ciencia y la tecnología en estos últimos dos siglos. Todo el mundo entiende de lo que le hablas cuando oye la palabra 'Frankenstein'. Sólo los grandes mitos lo logran".

Se podría pensar que la fantástica gestación de la novela en condiciones tan especiales contribuye a esa aura romántico/terrorífica, pero aunque "ayuda, fascina igual a quien no la conoce". ¿Por qué se llama Frankenstein al monstruo cuando en realidad es el nombre de su creador? Delgado acepta que "es una de las confusiones más curiosas, pero mi duda es si viene más por el cine que por los libros. Y, por cierto, hay disparidad de opiniones sobre si debe hablarse del 'monstruo' o la 'criatura' de Frankenstein. Es genial que hasta los matices cuenten tanto".

- ¿Podría aplicarse el miedo a la ciencia y la tecnología de aquellos años a lo que ocurre hoy con la inteligencia artificial y otros adelantos?

-Por supuesto. Y eso es porque, en definitiva, Mary Shelley no hizo más que recoger algo que venía de lejos, dándole un nuevo sentido. Es un miedo atávico a lo nuevo, aparte de una antigua tradición religiosa que se empeña en que hay terrenos vedados para el hombre por Dios.

De no ser por la erupción de un volcán no tendríamos a Frankenstein? ¿o tal vez sí? "Pues a saber. Alguien habría acabado recogiendo lo que estaba en el aire en una historia, pero no sabemos cómo habría sido. Pero desde luego, sin que la erupción del Tambora hubiese llevado al aburrimiento a esos turistas finos ingleses que no podían salir al exterior, pues lo mismo Mary no se hubiera puesto a la tarea".

Mary Shelley tenía sólo 18 años. ¿Frankenstein la devoró como creadora? "Desde luego, eclipsa el resto de su obra, lo que no quiere decir ni mucho menos que carezca de interés. Pero ¿qué escritor no desearía que una de sus obras fuese inmortal?".

Que una mujer hiciera algo así entonces se puede entender como un anticipo del feminismo. Porque, además, como advierte Delgado, "no olvidemos que, en cierta forma, la abuela del monstruo fue la mismísima Mary Wollstonecraft, madre de Mary Wollstonecraft Shelley. Hay incluso una lectura feminista que equipara la situación del monstruo con el papel social de las mujeres en la época".

El cine ha distorsionado la figura de Frankenstein "con respecto a la novela, pero ha fijado la imagen que la mayor parte de la gente tiene. Y lo curioso es que mi película favorita es una que, en realidad, es un vuelo libre con respecto a la novela, 'La novia de Frankenstein'".

- ¿Qué mito gana la batalla, Drácula o Frankenstein?

-Ambos son complementarios. Drácula es el último mito romántico; Frankenstein, el primero tecnocientífico. Y ambos cumplen su papel.

Una pareja aterradora.