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Expertos, profesionales y aficionados asturianos rechazan que la adicción a los videojuegos se considere un trastorno mental

La Organización Mundial de la salud (OMS) ha incluido este comportamiento en su catálogo de enfermedades

Expertos, profesionales y aficionados asturianos rechazan que la adicción a los videojuegos se considere un trastorno mental

La Organización Mundial de la salud (OMS) ha puesto encima de la mesa los videojuegos como causa de trastornos mentales e incluso de adicción. Una cuestión que ha creado debate y, por consiguiente, con la que no todo el mundo está de acuerdo. Según el informe, estos juegos generan un tipo de comportamiento que, aunque no tiene una definición clara, es continuo ya que los usuarios pierden el control. Por eso, según el criterio de la OMS, hay asociadas tres causas para averiguar si se es adicto.

En primer lugar, la duración y la intensidad y, por tanto, la falta de control.

En segundo lugar, está la prioridad. Es decir, dar al juego una importancia superior a otros quehaceres de la vida.

Y la tercera señal es continuación en el juego; por tanto, donde no importan las consecuencias negativas, ni las consecuencias para la salud o para la situación que vive.

Por todo ello la OMS ha incluido el problema en sus clasificación de trastornos mentales, un catálogo que no se actualiza desde hace un cuarto de siglo.

Implicados en el sector y expertos en psicología asturianos dan su punto de vista a LA NUEVA ESPAÑA. Coinciden en que es complejo discernir si es adicción, si se crea un trastorno y, como consecuencia, incluirlo en la lista de enfermedades. O, más matizado, si hay que dirigirse exclusivamente a los videojuegos.

Por ejemplo, en otras listas, como la DSM, de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, no está contemplado como tal. O que quizás habría que ir más allá y contemplar la adición a las tecnologías en general, a las pantallas con redes como Whatsapp, Instagram y otras.

Íñigo de Julián Murga (Salinas, 22 años) es jugador y apunta a que como muchas cosas en la vida "se puede llegar a ser adicto. Un exceso es malo. Hace falta un control. Uno debe ponerse un fin y saber cómo parar", dice este jugador profesional del FIFA que tiene marcado de lunes a jueves dos horas para jugar. Eso sí, dice que estas cosas van con los objetivos que uno se marque. "Yo priorizo los estudios", afirma, a la vez que desvela que conoce gente que "echa ocho horas al día como si nada. He visto a personas ponerse con un juego y seguir por aburrimiento. Sí, sí, he visto a algunos que le ha creado una adicción". Pero sentencia que, en su caso y en muchos otros, antes de jugar por aburrimiento prefiere "dar un paseo".

Alejandro González es empresario del sector. Tiene 34 años y su firma de desarrollo de juegos, ubicada en el Naranco de Oviedo, se llama Milkstone Studios.

Apunta que "en los videojuegos quizá la adicción tiene más que ver con el tiempo, no se nota que sea tan nociva físicamente como otras adicciones". Pero señala que sí ve un campo muy propicio últimamente en los juegos gratuitos de móviles. "Se aprovechan de eso, como hacen en los casinos. No es así en los juegos de pago porque por ahí (por el pago) ya se generan beneficios sin necesidad de entrampar. Todo esto de los juegos tiene que ver con la psicología humana", puntualiza. Y, evidentemente, "salen adictos a los que, me imagino, les genere ansiedad", apunta el responsable de Milkstone Studios, empresa cuyo último juego desarrollado es el White Noise 2, un juego de terror multijugador.

Una observación más científica la facilita Roberto Secades, catedrático de Psicología de la Universidad de Oviedo, que señala que "es un poco prematura la calificación de la OMS ya que en la clasificación de la DSM, la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, que junto a la OMS facilitan las dos grandes clasificaciones de trastornos mentales, no figura". La DSM, explica el catedrático de la Universidad de Oviedo, "se actualizó en 2013 y no consideró siquiera a los videojuegos como generadores de trastornos mentales. Estos estudios se hacen sobre una base empírica y no se conoce un acuerdo en el que haya un consenso grande para incluir los videojuegos", explica, y añade: "Se confunde en el mismo discurso de los videojuegos la adición al juego, la ludopatía, como si fueran la misma cosa o el mismo tipo de problema. En todo caso los videojuegos no estarían dentro de esa clasificación de un juego de apuestas. En media hora en una apuesta puedes desgraciar toda una vida. Hay que tratarlos de manera diferente en caso de que el videojuego fuera una adicción, que es bastante discutible".

El profesor expone una teoría contraría a la tesis de la OMS que tiene que ver con algunos beneficios de estos juegos para la salud mental: "El uso racional de estos videojuegos tiene ciertos beneficios en el aprendizaje y como terapia para algunos trastornos. En todo caso podría ocurrir una adicción en algunas situaciones, pero en otras es beneficiosa y de hecho lo está siendo".

Iván Lobo (Mieres (1975) es el director de Game LAB. Tiene la base de operaciones en Madrid, con eventos por todo el mundo, el más importante el que se celebra en Barcelona.

Distraer el foco. Plantea una interesante tesis: "Es algo a lo que no se le presta mucha atención socialmente. El hecho de que específicamente se mencione el videojuego es por buscar algo mediático. La adicción existe en todo lo que lleva tecnología y pantallas. Yo no conozco personalmente a alguien que tenga una adicción a los videojuegos, y eso que estoy en el sector. Sin embargo, hay un alto porcentaje de personas adictas al Whatsapp o a Instagram. Yo creo que plantearlo hacía el videojuego distrae del foco".

Evidentemente no niega que haya adicciones: "Hay personas en, por ejemplo, países asiáticos más tendentes a jugar muchas horas y, claro, si llega una adicción hay que tratarla. Pero el problema es más social y con la tecnología, con problemas que los médicos no ponen en el foco; en cómo afecta a cuestiones físicas como la visión. No hay muchas noticias de cómo afectan unas gafas de realidad virtual". Lo dicho, hay adicciones a la tecnología y a las pantallas.

El debate ya está en el centro de atención mundial, y ya no tendrá retorno según la OMS, que incluirá a partir de este año la adicción y los trastornos causados por los videojuegos en su nueva Clasificación Internacional de Enfermedades.

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