La gran pregunta que surge ante una película como Mazinger Z es si las nuevas generaciones podrán disfrutarla tanto como las huestes de notálgicos que vayan a las salas para reencontrarse con unos personajes que conectan directamente con su infancia.
Y es muy probable que este rejuvenecimiento implantado en la gran pantalla sea divertida para unas y otras porque es una película muy bien hecha, espectacular, entretenedísima y con algunos puntazos maliciosos muy curiosos.