La literatura fantástica y la ciencia ficción están de luto. La escritora estadounidense de literatura fantástica Ursula K. Le Guin, una de las más famosas escritoras de ambos géneros de la historia, murió este lunes a los 88 años. Le Guin ganó fama por su serie "Terramar" (Earthsea), iniciada a fines de los años 60, en los que un aprendiz de brujo lucha contra los poderes del mal décadas antes de que Harry Potter hiciera lo mismo.

"Con profunda pena la familia de Ursula K. Le Guin anuncia su muerte en paz ayer en la tarde", indicó la familia de la escritora -que tuvo tres hijos fruto de su enlace con el historiador francés Charles Le Guin-, en un breve comunicado publicado en su cuenta Twitter verificada.

Tras el anuncio, las muestras de duelo por el fallecimiento de todo un referente en la literatura popular, ganadora de seis premios Nebula y cinco premios Hugo, fueron numerosas. Entre ellas la de Stephen King, quien lamentó la muerte de "uno de los grandes" en su cuenta de Twitter, en la que también precisa que Le Guin "no era sólo una escritora de ciencia ficción, era un ícono literario", escribió.

En España, la escritora ha sido recordada desde la cuenta oficial de la Biblioteca Nacional, y también por autores como Rosa Montero, que no duda en afirmar que considera a Le Guin como su maestra.

Educada en el Radcliffe College de Massachusetts y en la Universidad de Columbia de Nueva York, Le Guin era experta en antropología. Su padre, Alfred Louis Kroeber, era un etnólogo conocido por su trabajo con los indígenas estadounidenses. Publicó su primera novela, "El mundo de Rocannon", en 1966. Pero el éxito le llegó con la publicación en 1969 de "La mano izquierda de la oscuridad", que ganó numerosos premios y se transformó en un clásico de la ciencia ficción.

El planeta en el cual se basa esta novela es poco diferente de la Tierra, salvo por su clima glacial, pero los seres que la habitan son radicalmente diferentes: tienen un solo sexo y a veces asumen roles femeninos y, otras veces masculinos. El libro plantea preguntas sobre la identidad sexual y cuestiona las reglas sociales, la cultura y la vida de ese planeta. En la historia de las sociedades galácticas que describió, Le Guin, influenciada por el taoísmo y el anarquismo, intentó demostrar que no existía ninguna solución total y definitiva en la teología, la política, ni ninguna de las ciencias sociales pasadas o futuras. "Lo único que hace la vida posible es una incertidumbre permanente e intolerable: no saber qué es lo que viene después", declaró una vez la novelista.

A su manera, fue una escritora comprometida y defendió las tesis de Murray Bookchin, militante ecologista libertario estadounidense fallecido en 2006 y considerado en su país como uno de los grandes pensadores de la "nueva izquierda" radical. Mucho antes de que fuera un tema de moda, la escritora, nacida en 1929 en California e instalada en Portland desde finales de los años 1950, mostró un gran interés por las cuestiones medioambientales. Algunas de sus obras como "Planeta de exilio" y "El nombre del mundo es bosque" pertenecen al género "ecoficción", muy en boga en los últimos años.