La actriz Marisa Paredes recibirá el próximo 3 de febrero el Goya de Honor con el que la Academia de Cine reconoce su larga trayectoria en el cine. "He entregado mi vida a esta profesión", ha manifestado la actriz.

Paredes (Madrid, 1946) ha asegurado que aún le quedan "muchas cosas por hacer y aprender" y ha subrayado que no ha perdido nada de la actriz que empezó en Estudio 1, de TVE, aunque un reconocimiento como el Goya de Honor le hace pensar en el tiempo que ha pasado.

La intérprete ha trabajado con una larga lista de directores, entre los que destacan Pedro Almodóvar, Arturo Ripstein, Jaime de Armiñán, Fernando Fernán Gómez, Jaime Chávarri, José Luis Borau, Fernando Trueba, Guillermo del Toro o Roberto Benigni, y con todos ellos se ha dejado "la vida", aunque ha evitado pronunciarse sobre sus trabajos más relevantes porque, en sus palabras, "no hay un antes y un después".

Sin embargo, preguntada por Pedro Almodóvar, la actriz ha reconocido que el cineasta manchego le ha proporcionado "un más allá" porque su vida "tomó un rumbo absolutamente internacional" y a partir de entonces comenzó a recibir ofertas de Francia, Italia y Latinoamérica.

"Todas en Estados Unidos quieren trabajar con él, tiene unos personajes femeninos rotundos y especiales", ha resaltado la actriz, a quien le gustaría volver a trabajar con Almodóvar, alguien que ha influido "notablemente" en su carrera.

Preguntada por sus trabajos pendientes, la actriz ha citado a Buñuel o Berlanga, y ha admitido haberse arrepentido de haber rechazado algún proyecto, pero ha destacado las "alegrías" que le han dado sus papeles.

En cuanto a su trabajo en 'Petra', el último filme de Jaime Rosales, en el que comparte protagonismo con Bárbara Lennie y Álex Brendemühl, Paredes ha destacado el "talento" del cineasta, que en esta ocasión la ha convertido en una mujer con rencor que ha perdido "la ilusión y la esperanza".

Marisa Paredes nació en la Plaza de Santa Ana, en Madrid, un lugar "rodeado de teatros", donde siempre vio a los actores pasar y donde deseó convertirse en uno de ellos para poder meterse "en otra época", "escapar de la realidad", que era "muy dura y muy mala", y meterse en la piel de profesiones que también habían llamado su atención, como las de bailarina o espía.

Según ha añadido la interprete, que no creció en una familia de artistas, en una época también quiso ser "abogada", "para defender las causas que necesitaban una defensa importante". "El teatro me permitía hacer todo eso", ha señalado.

Preguntada por los abusos sexuales en el cine, en concreto por el caso de Harvey Weinstein, y la respuesta de las actrices norteamericanas, la actriz ha destacado el "derecho" que tienen de "defender su autoestima" puesto que han sido "explotadas y humilladas". A su juicio, es "un gran avance" en la libertad de las mujeres, de quienes ha resaltado su "valor" y "arrojo".

En cuanto a la respuesta del centenar de actrices francesas que firmaron un manifiesto crítico con el movimiento #metoo, Paredes ha señalado que aunque "tienen sus razones", que la intérprete no ha entrado a valorar porque las desconoce, cree que todo ha podido ser fruto de la "confusión" porque considera que si creen que de esta forma se puede hacer una "caza de brujas" es que no han entendido bien el discurso de las actrices americanas.

En cuanto al resultado del último estudio de AISGE que pone de relieve la escasa presencia de la mujer en el cine, Paredes ha señalado que "los personajes empiezan a tener "peso" en el cine, algo que tiene que ver con el desarrollo de la mujer. "Sería absurdo que el cine no tuviera una visión del paso enorme que la mujer está dando", ha dicho.

Marisa Paredes, que fue presidenta de la Academia de Cine entre los años 2000 y 2003, ha indicado que esta institución ha sido "fundamental" en la valoración del cine español por parte de la sociedad, al tiempo que ha lamentado la escasa importancia de la cultura en España. "Hay que descubrir por qué la cultura no tiene el sitio que ha de tener en cualquier país civilizado", ha resaltado.