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LAURA VIÑUELA | Musicóloga y feminista

"Ser feminista da salud mental: no te culpas de querer cosas ni de no ser una madre perfecta"

"Vivimos bajo mil mensajes contradictorios, pero hay que tener espíritu crítico y crecer: saber más de ti y saber qué te sirve"

Laura Viñuela, en el paseo de Begoña de Gijón. ÁNGEL GONZÁLEZ

Laura Viñuela Suárez (Gijón, 1976), musicóloga, feminista, vive de un centro de empresas y de una consultoría de género que trabaja "principalmente con la Administración porque las empresas privadas suelen preferir bufetes de abogados y consultorías de recursos humanos, para cubrir el expediente de la ley de igualdad".

- ¿Qué tal está usted?

-Me va bien: vivo como quiero una vida interesante y fácil. Lo sé porque trabajo en feminismo y veo la situación de las mujeres aquí y de todo el mundo. La historia de la mujer es tan terrible y complicada que me siento muy privilegiada.

- ¿Es la excepción o la regla?

-Desgraciadamente, la excepción. Vivo bien y soy feminista, lo que me da mucha salud mental porque entiendo por qué pasan muchas cosas que me pasan y eso quita mucha culpa.

- ¿De qué no se culpa?

-De querer cosas -viajar sola, tener tiempo para mí misma, ser ambiciosa con mis proyectos- y de no ser la madre perfecta ni cuidar más mi vida cotidiana.

- ¿A sus tres hijos les falta algo?

-No. Les doy lo que me dio mi madre, Socorro Suárez Lafuente (catedrática de Filología Inglesa de la Universidad de Oviedo), que fue muy madre, pero trabajó, tuvo su carrera, viajó, no se acomodó al rol tradicional.

- ¿No es madre perfecta por la moda de ser "mala madre"?

-No, por la superpresión que hay sobre la maternidad: tienes que criar muy bien por ciencia infusa y es más complicado de lo que parece. Estoy criando -Iker tiene 7 años; Mario, 5, y Alejandro, 2- y se presiona sobre si pasas tiempo de calidad con ellos, si comen lo debido y si desarrollas su potencial.

- ¿Se cree eso?

-No. Tengo tiempo de calidad y paso mucho con ellos porque mi trabajo me da libertad de gestión del tiempo. Comen lo que como yo, incluido el pequeño.

- ¿Les habla en inglés?

-Me parece bien quien lo haga, pero ¿cómo les voy a hablar en inglés? Sé muy bien inglés, pero ya lo aprenderán. No estoy para instruirlos. Tienen pocas extraescolares y en verano llevamos una vida algo hippy, asalvajada, camping, en pelotas en el agua y sin actividades educativas organizadas.

- Tres son familia numerosa.

-Hay más de las que parece y menos de las que quisieran muchas parejas. En mi casa éramos tres y en la de mi marido también. Lo hablamos ante una botella de sidra en les fiestes de Castiello el primer día que quedamos. Nos organizamos la relación y cumplimos los objetivos, aunque desordenados: tuvimos dos hijos, nos casamos y luego el tercero.

- ¿Cómo le conoció? (Es Igor Paskual, cantante, guitarrista y compositor).

-En el Doctor Music Festival de La Morgal en 2000.

- ¿Cuánto cría su marido?

-Hay carga de trabajo para todos y se implica en la crianza y en la paternidad. Las tareas domésticas son otro cantar. Viaja mucho.

- ¿Se complica ser mujer con mil mensajes contradictorios? ¿Cómo se libra usted?

-Hay más mensajes contradictorios desde hace 50 años, cuando empezamos a revelarnos contra los clásicos de la buena mujer y la mala mujer, la mocina y la femme fatale. Se capea sabiendo que todo eso existe, que te lo están intentando colgar encima y que no todo te vale. Hay que tener espíritu crítico y crecer: saber más de ti y saber qué te sirve. Y no sólo es introspección. Me ayuda la historia de las mujeres, saber qué hicieron otras.

- ¿Todo es tan de género?

-Lo es, pero no lo vemos.

- ¿Qué encuentra en los talleres sobre amor y violencia de género que da en institutos?

-Las expectativas y estereotipos son iguales que los que podíamos tener en EGB. Esperan trabajar, pero al llegar a con quién se van a casar, dicen con detalle cómo va a ser su marido, cuántos hijos van a tener y sus nombres.

- Haga una visión de género de los filmes de Woody Allen.

-Ahora sólo veo dibujos animados. Hay muchas mujeres y eso es un avance..., es un personaje muy particular y su relación con las mujeres también lo es.

- ¿Cree a Dylan Farrow, que le acusa de pederastia?

-El movimiento "Mee too" se está mal interpretando: visibiliza que muchas mujeres han tenido acercamientos indeseados y apoya a las que sufrieron algo más grave. No digo que no crea a Dylan, sino que no hay elementos para juzgar. No es el juicio a "La manada". Las películas de Allen me encantaron, pero no sé si las viera ahora desde mi perspectiva.

- Toda perspectiva pone en un punto de vista, pero sólo uno.

-Evidentemente, son parciales. La de género ve cómo representa a los hombres, a las mujeres y sus relaciones. Ningún texto se puede ver sólo desde un lado.

- ¿Por qué es aceptada la lectura de género como mejor?

-Por la búsqueda del bien común. El feminismo es muy desconocido. Pretende hacer más libres a las personas, sin que por ser hombre o mujer te obliguen a seguir un camino segado. El machismo cree que el mundo se divide en hombres y mujeres, que son mejores los hombres y punto.

- ¿Nota misandria (odio a los hombres)?

-Estaba escuchando a Paquita la del Barrio, mujer fuerte haciendo millonadas con canciones que insultan a un hombre o los hombres. La leo como catarsis: las mujeres también nos cabreamos y su discurso permite expresarlo. La misandria no está institucionalizada; la misoginia, sí. Tampoco hay hembrismo: no hay movimiento que crea a las mujeres superiores a los hombres. Otra cosas es que en las redes sociales habla cualquiera.

- ¿Alternativa al amor romántico?

-El buen amor, el que te sirva no el que te digan. En "First dates" se ve de libro: "busco a la mujer de mi vida", "sentir mariposas en el estómago". No ven a la persona porque la tapan con "lo que tiene que ser". Y luego, "no funcionó". ¿Qué va a funcionar si no estás viendo lo que tienes ahí? Podrías tener un gochu asturcelta. Mira a quien tienes, habla, comenta, valora si se sostiene, es un calentón o es para ahora pero no para luego sin que sea "el fracaso de tu vida".

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