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El hallazgo de un noreñense revoluciona la química de los nuevos fármacos

Marcos García Suero logra una potente herramienta para construir moléculas a partir de un compuesto hallado en el espacio exterior

El químico noreñense Marcos García Suero. ICIQ

El investigador Marcos García Suero (Noreña, 1981) acaba de revolucionar el mundo de la química y, en especial, el de la síntesis de medicamentos, con un avance científico que ha merecido una llamada en primera página de la prestigiosa revista "Nature". El logro consiste en la creación de una réplica estable de una de las primeras moléculas halladas en el espacio interestelar -ya en los años 30 del siglo XX- como resultado de la formación de los primeros astros. La particularidad de esa molécula -denominada "carbino" y formada por carbono e hidrógeno-, es que permite sintetizar nuevas moléculas de manera rápida y sostenible, algo clave para el desarrollo de nuevos fármacos. García Suero trata de simplificarlo más: "Digamos que hemos creado una nueva herramienta, una nueva pieza de Lego para la lógica de la contrucción molecular".

"Los carbinos son átomos de carbono con tres de sus cuatro 'valencias' libres. Tienen tres electrones dispuestos a formar nuevos enlaces, lo que los convierte en una navaja suiza para la síntesis de nuevas moléculas", explica el investigador noreñense, vinculado desde 2014 al Institut Catalá d´Investigació Química (ICIQ), tras formarse como investigador en Harvard, varios años en la Universidad de Cambridge y licenciarse y doctorarse en la Universidad de Oviedo. "Hemos logrado controlar cómo se generan equivalentes directos y controlables de los carbinos, una especie inexplorada nueva y muy versátil", detalla Suero. Para preparar los carbinos, los investigadores utilizaron luces LED y unos catalizadores que capturan la luz de forma muy eficiente y hacen posible la generación de estas moléculas reactivas. "Los carbinos nos han permitido desarrollar un concepto sintético inexplorado, con un futuro muy prometedor para el descubrimiento de fármacos o materiales", añade este químico asturiano que está al frente de un equipo formado también por Ana M. del Hoyo, Zhaofeng Wang y Ana G. Herraiz.

Una de las claves del descubrimiento es que hasta ahora la síntesis de nuevos fármacos topa con un cuello de botella: es difícil modificar moléculas complejas "ya terminadas", precisa el ICIQ en una nota. O, como traduce en broma García Suero, "es complicado añadirle cebolla a una tortilla que acabas de cocinar". Pero los carbinos sí permiten lograr ese imposible: "Gracias a los carbinos, podemos ensamblar estructuras químicas complejas muy fácilmente", explica el noreñense.

El equipo liderado por García Suero, gracias a su nueva técnica, ya ha modificado varios medicamentos comerciales como la duloxetina (un antidepresivo), el ibuprofeno (un antinflamatorio), el taxol (antitumoral) o el fingolimod (el primer tratamiento oral para la esclerosis múltiple). Se trata de modificaciones químicas "de concepto" sin que estos investigadores en ciencia básica hayan entrado a constatar los efectos biológicos de esos cambios químicos. Lo que ellos sí han hecho es proporcionar una potente herramienta cuyo prometedor potencial aún está por explorar.

De momento, además de la publicación en "Nature", el equipo de este investigador noreñense ya ha recibido el reconocimiento de otros científicos especialistas en su mismo campo. Jesús Jiménez Barbero, presidente de la Real Sociedad Española de Química (RSEQ), indicó que "Marcos y su equipo han desarrollado un protocolo elegante e ingenioso para crear, a voluntad, centros quirales en anillos aromáticos. Esta metodología -añade- puede permitir preparar moléculas muy complejas como fármacos, por ejemplo".

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