La colección completa de carteles de Toulouse-Lautrec llega por primera vez a España con una exposición en la Fundación Canal hasta el próximo 6 de mayo que recogen el tránsito de finales del siglo XIX a principios del XX de la mano de obras de artistas de la Belle Epoque.

En total, se tratan de 65 obras -33 carteles que produjo más otros tantos de coetáneos como Alfons Mucha o Jules Cheret- que están divididas en cuatro secciones, para abordar los distintos acontecimientos que surgieron en esa época: desde el éxito de los cabartes y el resurgir de los teatros hasta la producción literaria y el inicio del consumo masivo de productos.

La conservadora del Musée d'Ixelles (Bruselas), Claire Leblanc, ha explicado que esta muestra recorre un periodo entre el año 1880 y la I Guerra Mundial en el que "parecía que todo era posible y que esperaba el mejor siglo para la sociedad". "Luego se demostró que era una predicción equivocada, pero aquí en los carteles queda recogido ese periodo de transición", ha indicado.

Toulouse-Lautrec se convierte en el principal protagonista de la exposición, donde se incluye por ejemplo el cartel que le dio fama en todo París y supuso el inicio del resto de los encargos. En 1991, el director del famoso Moulin Rouge le pidió un cartel distinto a los de Cheret, con "total libertad creativa".

El resultado fue un cartel con el retrato de la conocida bailarina de la época La Goulve precedida por una silueta -que era la de su acompañante en el espectáculo-, ambos contorsionándose. "Utilizó la técnica de sombras japonesas descubierta por Van Gogh, quien también vivía en Montmartre, y triunfó", ha señalado Leblanc.

Bailarinas y cantantes como May Milton, Yvette Guilbert o May Belfort, quedaron retratadas por un autor con "un verdadero sentido de la eficacia", capaz de caracterizar a sus personajes con pocos colores y que apostó por "una mujer más realista", a diferencia de su predecesor Cheret, quien optaba por "otra mujer fina, discreta y no vulgar".

La carrera de Toulouse-Lautrec fue corta, ya que falleció a los 36 años debido a los problemas de salud que arrastraba desde sus primeros años -hijo de una relación consanguínea de primos, tenía deformadas las piernas-. "Pero esa deformidad le llevó a una voluntad de compensar con una enorme sed de vida", ha explicado la conservadora, quien también ha apuntado su "cercanía" con varias de las mujeres que retrató a pesar de "no tener una vida sentimental feliz".

En la muestra se pueden ver además otras obras muy conocidas de la Belle Epoque, empezando por el cartel del 'Chat Noir' de Rodolphe Salis o las distintas representaciones de la actriz Sarah Bernhardt que realizó su inseparable Alfons Mucha.

La exposición también incluye carteles publicitarios para productos periodísticos, en especial, las novelas por entrega que tan de moda estaban entonces, como la obra 'París' de Emile Zola anunciada en 'Le Journal. Cabe destacar asimismo el cartel que anunciaba la novela 'Reine de joie' ('Reina de la alegría') que creó cierta polémica ya que el aristócrata Alphonse de Roschild intentó frenar su publicación por las semejanzas que veía con un personaje.

La exposición se cierra con la sección 'Los placeres del consumo', un registro comercial de distintos carteles para productos de la época anunciados con "códigos que hoy suenan muy familiares". "El consumismo empezó allí, entró muy rápido y creó una actitud respecto a los bienes de consumo que no existía: todo el mundo quería cada vez más objetos modernos, independientemente de la clase social", ha concluido.