El vínculo emocional de los seres humanos con los perros se remonta, al menos, a hace 14.000 años, mucho antes de lo pensado, según el examen de un tumba hallada a principios del siglo XX. En la tumba apareció un perro que había estado enfermo durante mucho tiempo y había sido atendido, según la evidencia encontrada por el científico de la Universidad de Leide Luc Janssens, publicada en el "Journal of Archaeological Science". La tumba misma, que incluye los restos de un hombre, una mujer y dos perros, fue descubierta por casualidad en 1914 por un grupo de trabajadores no lejos de Bonn (Alemania). Nuevas investigaciones muestran que los restos datan de la era Paleolítica, por lo que tienen 14.000 años de antigüedad. Esta es la tumba más antigua conocida donde humanos y perros fueron enterrados juntos.