Menudo fiestón nostálgico para los adultos: tras la modernización bastante molona de Mazinger Z llega una puesta al día estética, que no argumental, de la dicharachera y bonachona abeja, en este caso calcando el tono ultrablanco del original. Los más críos se lo pasarán en grande. Los más grandes, pasado el subidón nostálgico, mirarán la hora.