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Con ella acabas implorando que te den zapatilla

La disc-jockey Mónika Osmo protagoniza la nueva entrega de retratos de jóvenes creadores asturianos que están pasando ante el objetivo del fotógrafo Muel de Dios

Con ella acabas implorando que te den zapatilla

Aquí el asunto, lo de pinchar música y echar la noche a rodar, según va explicando Mónika Osmo, tiene que ver con una cosa que se llama "Psicología de la pista" y que consiste, hablando en plata, en manipular a la gente poniendo una música que los traiga y los lleve, como hizo aquel de Hamelín. Aquí el asunto, lo de pinchar, es ver la pista vacía y meter -y perdón, que va un micromachismo- un tema de los catalogados en la jerga del DJ como "mojabragas", que atraen a los grupos de mujeres y que están horneados con dos ingredientes esenciales: una voz negra y muchas vocales en la letra. Pronto la pista se irá llenando de buitres al acecho...

Y luego, si el asunto pasa a mayores, es decir, si las que tienes a merced de tu mesa de mezclas son 5.000 almas en un festival tecno de una noche infinita, como ya le tiene pasado a Mónica, el tema va de comunión con la masa, va de sentir un chorro de adrenalina que sale, como un cordón umbilical, de la madre oficiante de la misa electrónica y llega a los miles de hijos e hijas que obedecen y bailan. Mónika siente entonces una enorme gratitud. "Porque la gente se divierte contigo con algo que sabes hacer y lo que les das". Y lo que ella les da, dice, es zapatilla, tecno-zapatilla, porque si ha de catalogarse, Osmo explica que hay DJ "más finos y más suaves", pero que ella es "macarra".

Pues hale, ahí la tienen. Mónika Osmo, dominatrix total, sonrisa victoriosa y ración de latigazos de un top de cuero hasta hundirnos, siempre a merced de sus cascos, en la sumisión electrónica.

(Advertencia. Cuando terminó la sesión de fotos, Ama Osmo volvió a su discreto ser indumentario: camiseta gris, linda menudez, botas de esquimal con arrastre de zapatilla. De zapatilla casera, no tecno-zapatilla. Es de día y Mónika nunca rompió un plato).

Bio

La gijonesa Mónika Osmo ganó en 2017 el premio AMAS a la mejor disc-jockey de la música asturiana. Este galardón reconocía una trayectoria de más de dos décadas al frente de la mesa de mezclas, que la ha encumbrado como una de las DJ de referencia en el mundo de la música tecno de todo el país. Osmo, que empezó jugando con las casetes de sus padres, comenzó a pinchar en la sala La Real de Oviedo y desde entonces ha pasado por los principales "templos" y festivales de referencia en el mundo de la música electrónica, como el Festimad y el Sónar. Para ella la palabra "noche" significa "día", pues las horas nocturnas son horario laboral. El trabajo le encanta, pero a veces le pesa y dice que un planazo es una tarde de sofá y televisión.

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