"Procede iniciar el programa de incorporación de la mujer a las Fuerzas Armadas, regulando sin demora su acceso a determinados Cuerpos y Escalas militares". El 22 de febrero de 1988, este real decreto dio el primer paso para la incorporación de la mujer a la milicia española, aunque no sería hasta 1999 cuando se regulase el principio de igualdad "con todas sus consecuencias".

Treinta años después, el porcentaje de mujeres en las Fuerzas Armadas es del 12,7 por ciento, prácticamente el mismo desde hace una década. De un total de 117.256 militares con los que contaba España a 1 de enero de este año, 102.352 eran hombres y 14.904 mujeres, según datos del Ministerio de Defensa recogidos por Europa Press.

La presencia de las mujeres en las Fuerzas Armadas fue ascendiendo progresivamente hasta 2006, cuando llegó al 12 por ciento. Desde entonces su crecimiento se ralentizó y ha tenido pequeñas variaciones hasta llegar al 12,7 por ciento de 2017.

En una respuesta parlamentaria del pasado año, el Gobierno ya reconoció este fenómeno y apuntó la posibilidad de que se haya alcanzado "un techo sociológico" ya que la tendencia española es muy similar a la del resto de países miembros de la Alianza Atlántica.

En cualquier caso, el Ejecutivo subraya que el modelo de incorporación e integración de la mujer en nuestras Fuerzas Armadas se realiza sin cuotas máximas y con la posibilidad de que accedan a todos los Cuerpos y Escalas militares, todos los empleos militares y todos los puestos, incluidos los denominados puestos de combate.

Y asegura que sigue el asunto a través de información de consultas recibidas en la Secretaria Permanente de Igualdad, los estudios realizados sobre el proceso de incorporación e integración de la mujer a las Fuerzas Armadas y la normativa dictada en materia de igualdad y conciliación en la Administración General del Estado, que se está adaptando atendiendo a la "peculiar naturaleza" de las Fuerzas Armadas.

En concreto, el porcentaje más elevado de mujeres se encuentra en los denominados Cuerpos Comunes (25,8%), con tareas tales como la judicatura o la sanidad. A continuación la presencia femenina es del 13,8% en el Ejército del Aire, del 12,9% en la Armada y del 11,8% en el Ejército de Tierra.

En cuanto a los empleos, la presencia de mujeres llega hasta el 16,6 por ciento entre la tropa y marinería, pero se queda en el 8,6 por ciento en el caso de los oficiales y el 4,9 por ciento entre los suboficiales. El cargo más alto al que ha llegado una militar es el de coronel, alcanzado por Patricia Ortega en 2016.

El 30 aniversario de la incorporación de la mujer a la milicia se cumple en medio del debate sobre los casos de acoso sexual. Según un informe realizado por el Observatorio de la Vida Militar, en el periodo 2004-2015 hubo 12 sentencias condenatorias por acoso sexual y una por acoso por razón de sexo o género.

El caso más grave que está en investigación en la actualidad es la denuncia de una soldado del acuartelamiento del Ejército del Aire de Bobadilla (Málaga) tras sufrir supuestamente una agresión sexual por parte de varios compañeros. La militar relató haber sido agredida sexualmente la noche del 10 al 11 de diciembre y denunció también otra agresión sufrida en septiembre.

Antes de la tipificación del delito de acoso sexual en el actual Código Penal Militar, de 2015, este tipo de comportamiento delictivo se enjuiciaba a través del delito de abuso de autoridad cuando el delito era de superior a subordinado o de insulto a superior cuando el acoso era ascendente. No se contemplaba el acoso entre compañeros, por lo que en estos casos había que acudir al Código Penal común.