Seguro que alguna vez lo has pensado: echo de menos los tiempos en los que tenía que ver obligatoriamente las series en inglés porque no quería esperar un mes a que se estrenaran en España. Tenía la excusa perfecta para practicar el idioma. Ahora podrías seguir haciéndolo (es cierto), pero te da pereza. Pues hay una solución fácil: tienes que ver The Indian Detective, la serie de Netflix que aún no está doblada al castellano y que te va a divertir (y entretener) como pocas.

La verdad es que no se entiende como esta producción canadiense de Netflix (es de esas que la compañía vende como originales fuera del país en el que nacen) no ha salido de gira por toda Europa y se ha traducido a cientos de idiomas. Tampoco es comprensible que nunca jamás nadie haya hablado de The Indian Detective en uno de estos artículos en los que se recogen "las siete miniseries que no te puedes perder para hacer un maratón este domingo lluvioso". Porque esa producción, rodada en la India más profunda y la Canadá más cosmopolita (y algo racista), merece que alguien la saque del olvido y que la desentierre de ese mar de series en el que a veces se nos olvidan algunos títulos más que destacados.

The Indian Detective ya empieza bien cuando haces la primera búsqueda en Google para ver si te va a gustar y no vas a darle al play por gusto perdiendo horas de tu vida. Y es que los usuarios de una de las páginas más conocidas para puntuar películas y series (IMDB) le dan un 6,5 de nota (muy alta si tenemos en cuenta que quitando cuatro clásicos a los que todo el mundo respeta vivimos en la época en la que a nadie le gusta nada).

La serie, a medio camino entre la comedia y el drama, narra la historia de un detective indio (eso ya lo habíamos deducido con el título) que después de hacer un ridículo espantoso en su trabajo en Toronto consigue que le echen de su trabajo y vuelve a su Mumbai natal en busca de sus orígenes. Allí encontrará todos los ingredientes que hacen que la serie destaque: una chica guapa, una trama delictiva y una compleja investigación muy propicia para recuperar el prestigio perdido en su trabajo.

Es mucha casualidad (vale, lo admito) que el protagonista (Doug D´Mello) se encuentre al otro lado del mundo con parte de los que le han hecho perder su trabajo pero ese pequeño detalle más que previsible no hace que los actores brillen con luz propia en una serie que a ratos recuerda las mejores películas de Bollywood.

La comedia está protagonizada por Russell Peters, actor canadiense que fue el primero en ser contratado por Netflix para producir un show de humor.

Los seis capítulos duran apenas 45 minutos. Al menos darle una oportunidad. No os defraudará. Y además, si suma visualizaciones, Netflix se decide y le da más juego encargando una segunda temporada de la que por el momento nadie sabe nada.