El escultor Kiko Urrusti vuelve a mostrar su obra en Oviedo un año después. La última exposición de este creador fue hace un año en la sede del Colegio de Abogados. Pasado mañana, viernes, inaugura una nueva muestra en la galería ovetense de arte Bango (Asturias, 4).

- Describa la colección.

-Son abstracciones, movimientos, volúmenes y vacíos, geometrías puras.

- Su anterior obra partía del círculo.

-Sigo en ese camino. Continúo con la descomposición del círculo y las desocupaciones.

- ¿Vacía el hierro en vez de moldearlo?

-No. La técnica escultórica consiste en sustraer materia a la materia, coger una piedra e ir quitando pero yo no hago eso, con el hierro es muy complicado. Mi trabajo está más cerca del dibujo que de la escultura propiamente dicha. Yo creo el positivo de la pieza, me lo imagino, y luego hago el negativo.

- El color es una de la señas de identidad de sus últimas obras.

-Siguen predominando los colores, en esta ocasión el azul y los rojizos. Juego con las texturas y utilizo una base de hierro grueso y basto del que se va escapando la propia materia creando composiciones más finas.

- Además de esculturas presenta también algunos murales.

-El espacio para la exposición, la galería Bango, es muy dado a ese tipo de composiciones escultóricas para colocarlas en la pared.

- Usted es uno de los pocos artistas que se dedican únicamente a la escultura.

-Hay pocos y los que hacen escultura lo hacen de manera esporádica. Los hay muy buenos como Enrique Pinín pero profesionalmente, por desgracia, hay muy poca gente que se dedique a esto.

- Usted es un asiduo del movimiento de "La alcayata" en la fachada del Museo del De Bellas Artes. Mañana se acaba después de tres años.

-Está bien que se acabe. Hay que dejar sitio para otras cosas y está muy bien dejarlo en un momento álgido. El proyecto me parece fantástico y hay que darle las gracias a las personas como Israel Sastre, inventor del proyecto, por mover la cabeza y hacer algo por todos, dentro de su egolatría.