Nintendo Switch cumple su primer año en el mercado. La séptima consola de sobremesa, si es que por su carácter portable se la puede considerar así, ha tenido unos primeros 365 días de éxitos. Por primera vez desde los tiempos de Nintendo 64, a finales del pasado siglo, la compañía nipona conjuga en un mismo hardware éxito comercial y títulos de calidad, dos factores que estaban ausentes en sus antecesoras: Gamecube, Wii y Wii U.
Con 14,8 millones de copias vendidas en todo el mundo este año, las cifras de la Nintendo Switch hablan de un triunfo con pocos antecedentes en la historia de las consolas. Nintendo ha vendido más Switch en una temporada que Wii U en seis. En las últimas Navidades, la época junto al Black Friday en la que más hardware se vende, Switch colocó 3,4 millones de unidades. El dato más reciente de ventas llega desde Japón, la meca del ocio electrónico. En la última semana, por cada Play Station vendida (20.070 unidades), Nintendo vendió dos Switch y un mando (45.083 unidades).
Este éxito se fundamenta, sobre todo, en un gran catálogo. Atrás quedaron los años de "Wii Sports", el juego de deportes que venía de regalo con la Wii y que fue el preludio de un catálogo insustancial para la quinta consola de Nintendo. "Zelda Breath of the Wild", disponible desde el primer día, es una auténtica joya. Fue catalogado como el mejor juego de 2017 en la "Game Awards", los "Oscar" de los videojuegos. Ha recibido un 9,7 de nota media por la prensa y un 8,5 por los usuarios, con más de 10.344 reseñas. También hay que contar a "Super Mario Odyssey", el juego más vendido del catálogo, valorado con un 8,9 por los usuarios de todo el mundo. En el inventario de la consola de Nintendo ya hay 400 juegos disponibles. Y a lo largo de 2018 se tienen expectativas altas en "Metroid Prime 4", anunciado el pasado E3, la feria de videojuegos más importante del año, y en "Bayonneta 3", la continuación de la obra que en su segunda parte fue exclusiva de Wii U.
En definitiva, una retahíla de triunfos y buenas formas necesaria para Nintendo. Con el fiasco de su anterior consola, se rumoreó que Switch podría ser la última sobremesa de la empresa nipona. El escarceo con el mercado móvil, con el defenestrado "Super Mario Run" a finales de 2016 -con una nota de 6,3 en metacritic por los usuarios-, no presagiaba nada bueno. Sin embargo, el balón de oxígeno de Switch vuelve a poner a la gran "N" de Nintendo entre las más grandes y en una buena línea de salida para afrontar retos más grandes. El primero y más inmediato, ser capaz de tener un fondo de armario a la altura de las consolas Play Station 4 y Xbox One. No tener un viejo como "Call of Duty", un "FIFA" o un "Assasins Creed" todos los años siempre lastra. Nintendo está en una posición fuerte para negociar.
