El Museo de Bellas Artes de Asturias tendrá, durante los tres próximos meses, un "pedacito" del Museo del Prado. Así lo expresó el concejal de Cultura de Oviedo, Roberto Sánchez Ramos, "Rivi", y lo suscribió el director del Bellas Artes, Alfonso Palacio, en la inauguración, ayer, de la muestra "Arte y mito. Los dioses del Prado". Una exposición con cincuenta obras procedentes de la gran pinacoteca nacional, que se podrá visitar hasta el 17 de junio en la planta -1 del edificio de la Ampliación.

Impulsada en el marco de la colaboración entre el Museo del Prado y la Obra Social "la Caixa", la muestra tiene su origen en los recorridos didácticos para escolares que, bajo la dirección de Fernando Pérez Suescun, se realizan en la institución madrileña. El propio Pérez Suescun se ha encargado de comisariar una muestra que se compone de 31 pinturas, 17 esculturas y dos medallas. Un conjunto de grandes obras, fechadas entre el siglo I antes de nuestra era y finales del siglo XVIII, que propone un acercamiento a la mitología clásica y de su representación en la historia del arte occidental, a través de distintas vías temáticas.

"Es una exposición muy didáctica, pero con mucha consistencia intelectual", afirmó ayer Andrés Úbeda de los Cobos, director adjunto de Conservación e Investigación de Museo del Prado, quien destacó además que la muestra permitirá ver obras que han sido restauradas recientemente como una sensacional "Apolo y Dafne". Una obra cuya intervención cara a esta exposición ha revelado su auténtica autoría: atribuida tradicionalmente a un autor de la órbita de Rubens, al limpiar el lienzo se reveló la firma del pintor flamenco Theodor van Thulden.

La muestra conjuga así el puro deleite estético, con la contemplación de unas obras de "altísima calidad", como definió al conjunto Alfonso Palacio, con la exploración de unos mitos clásicos cuyas lecturas se revelan plenamente actuales. El viceconsejero de Cultura, Vicente Domínguez, lo puso de manifiesto al comparar el agua de la fuente en la que se contempla, obnubilado, Narciso con el muro de Facebook.

"Esta exposición es una magnífica ocasión de conectarnos con nuestras raíces. Cuando uno da un paseo por la exposición, se da cuenta de que muchas de las cosas que asociamos al mundo actual ya se vivían en la antigüedad, y que los mitos clásicos no han dejado nunca de estar presentes", precisó Ignasi Miró, director del área de Cultura de la Fundación "la Caixa".

Una cuestión sobre la que incidió Fernando Pérez Suescun, al dirigir el primer recorrido guiado por la muestra y hacer notar la influencia, sin ir más lejos, del mito de Ifigenia, a la que su padre Agamenón ofreció en sacrificio a Artemisa, con la historia bíblica de Abraham e Isaac.

De paso, Pérez Suescun puso de relieve algunas de las piezas maestras que se pueden contemplar en la muestra. Entre ellas la extraordinaria "Cabeza de Baco" de José de Ribera, un fragmento del "Triunfo del dios Baco" que se perdió durante el incendio del Alcázar de Madrid en 1734.

También "Hércules y el can Cerbero", de Francisco de Zurbarán o "El incendio de Troya", de Francisco Collantes, además de piezas escultóricas como la "Cabeza de Medusa". Pero todas ellas conectadas unas a otras e integradas en un recorrido didáctico que, más que mostrar a los dioses, sacan a la luz a los hombres que los crearon, que los adoraron y de los que descendemos.