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FLORIAN STEFAN | Acuarelista rumano residente en Oviedo

"Rumanía cambió demasiado con la caída del comunismo; en España he conocido la vida normal"

"En mi tierra hay más racismo que en España, donde la gente es atenta y cálida, hay seguridad ciudadana y te sientes protegido"

Florian Stefan.

El pintor Florian Stefan (Turnu Mägurele, Rumanía, 1965) tiene una de sus acuarelas colgada en la Sala de las Vacas del Retiro de Madrid porque fue seleccionada para la 52.ª convocatoria del premio "Reina Sofía" de Pintura y Escultura. El concurso lo organiza la Asociación Española de Pintores y Escultores, del que se hizo socio este año. Se presentaron cuatrocientas obras, y un jurado, en el que se encontraba Antonio López, seleccionó cuarenta.

- Hace dos semanas, en Madrid, la Reina Sofía se interesó por su acuarela.

-La Reina me preguntó qué representaba. Es una calle de Bucarest un día de lluvia con el tranvía. Le gustó muchísimo. Le regalé dos retratos de ella.

Stefan vive en Oviedo desde hace trece años y ha vendido cuadros en la calle en Oviedo y Gijón. Ha expuesto en Madrid, Málaga, Roma y tres veces en Rumanía. En las galerías de Madrid, hasta ahora, ha perdido dinero.

- ¿Por qué vino a España?

-Me dijeron que aquí se vivía bien y también podría pintar. Decidí vivir exclusivamente de la pintura.

- ¿Le viene de antiguo?

-En la escuela, mientras el profesor explicaba la lección yo estaba dibujando (ríe). Era el que hacía retratos de los profesores.

- ¿Había algún antecedente artístico en su familia?

-Ninguno. Mi padre era barrendero y éramos ocho hermanos. Todos tenían inclinación a dibujar, pero yo más. No quería ni comer, sólo pintar. Era un entorno muy pobre. Y aquí también porque no se venden cuadros.

Turnu Mägurele es un municipio del sur del país con 30.000 habitantes que tradicionalmente se dedicó a la química y al textil.

- ¿Pudo vivir de la pintura?

-No. Después de los diez años de escolarización trabajé tres años en una fábrica de abonos químicos que había en mi pueblo y que prácticamente ocupaba a todos los vecinos. Cuando se acabó eso, se acabó todo. Luego hice el diseño y el rótulo de una marca de confección textil llamada Imperial. Después fui a probar suerte a Bucarest, la capital. Si hay más gente, hay más posibilidades de encontrar más trabajo.

- ¿Y lo encontró?

-Sí, durante dos años fui pintor decorador en un estudio de dibujos animados para niños en el que el dueño era español y producía películas para todo el mundo. Sé que una era sobre Pelé, el jugador de fútbol. El trabajo me gustó mucho pero pagaban poco.

Antena 3 produjo con socios españoles una serie titulada "Pelezinho" en la que trabajaron mil personas en España, Rumanía, Ucrania, Corea del Sur, Estados Unidos, Cuba y Francia.

-Antes de venir a España estuve tres meses en Alemania y pasé un tiempo en Italia, trabajando de albañil con un amigo. Eso fue en 2004. No me gustaba estar sin mi familia.

- ¿Cuántos son?

-Mi mujer, Dorina, y yo tenemos un hijo de 27 años que vive independiente en Oviedo y que nos ha dado un nieto. Mi hija, de 33 años, está ahora en Suecia con su marido, que trabaja en la construcción, y sus tres hijos. Pero tiene una casa propia en Arroes (Piloña).

- ¿Qué sabía de España?

-Que el fútbol es importante, que es un país latino y su idioma parecido. En dos semanas empecé a hablarlo para comer y comprar. El clima en Rumanía es muy frío en invierno y muy caliente en verano. El clima de aquí es perfecto para mi mujer.

- ¿Por qué vino a Asturias y no a Madrid?

-Mi yerno estaba en Ribadesella y fuimos cerca de ellos. Gané en Arriondas el concurso de mejor artista local de pintura rápida.

- ¿Cómo llegó a Oviedo?

-Mi mujer enfermó en Ribadesella en 2005. Es hipertensa y sufrió un ictus. Aquí la operaron y estuvo ingresada. Durante mucho tiempo no la podía dejar sola, pero ahora está recuperada. La ventaja de la pintura es que me permitía atenderla.

- ¿Cómo aprendió a pintar acuarelas?

-Soy autodidacta. La acuarela es rápida, es decidir. No puedes corregir. Me gusta que sea limpia. Pinto de todo, retratos, paisajes urbanos y marinos. He pintado mucho la iglesia de San Pedro de Gijón y la catedral de Oviedo. Hice un retrato de Cristiano Ronaldo de metro sesenta que ahora está en una galería de Madrid. Se vive muy mal de la pintura porque no se vende, pero me encuentro bien haciéndola.

- ¿En qué sentido?

-Cuando pinto no necesito comer porque se me olvida. Me acuerdo cuando me duele el estómago. Mientras pinto, que puede ser de día o de noche, cuando siento la necesidad, puedo olvidar los momentos malos de la vida.

- ¿Ha tenido muchos?

-Claro, cuando mi mujer tuvo el ataque cerebral y cuando llegué y no tenía ni para comer, pero me ayudaron muchísimo los asistentes sociales con la ayuda de alimentos de Cruz Roja.

- ¿Cobró el salario social?

-Seguimos cobrándolo. Ahora no tengo para pagar la luz. Estamos en el límite. Vivimos en una casa de alquiler que está bien.

- Usted tenía 22 años cuando la caída del régimen comunista de Ceaucescu. ¿Fue todo un cambio muy grande?

-Demasiado cambio. Conocí la vida normal en España, señor. Pienso en quedarme aquí. Mi hija me dice que se encuentra mejor en España que en Suecia y que el sistema médico es mejor aquí. Si tuviera una oferta en América no la aprovecharía. Aquí la gente es más cálida, te ayuda y te entiende. Preguntas a un desconocido por la calle y te atiende, ayuda y explica. Me gusta la seguridad que hay. Estás más protegido que en otros países.

- ¿Se refiere a la seguridad ciudadana, a que no es un país peligroso?

-Sí. Me gusta el sistema de Policía y poder pasear por la calle libremente de noche, mientras que en mi país pasas miedo de que te pase cualquier cosa. Tengo amigos policías. Me gusta mucho cómo se comporta la gente. En Rumanía aún hay mucho racismo. Aquí hay mucho menos.

- Pues oigo muchas quejas racistas de los rumanos.

-Sé que soy rumano, y mi amigo el policía me dice que otros rumanos les dan mucho trabajo porque roban. Pero si te portas bien, no tienes problemas con la Policía.

- ¿Mantiene contacto con Rumanía?

-No demasiado. Mis padres están muertos y mis hermanos andan por España. Lo último que he enviado son diez cuadros para una exposición.

- ¿Qué expectativas tiene?

-Encontrar una casa y pedir la nacionalidad para quedarme. Estoy en ello, tengo los papeles para conseguir la documentación y un amigo policía me va a ayudar.

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