Sensacional concierto de Semana Santa acompañada de la Sociedad Coral de Bilbao y los solistas María José Moreno, Ana Ibarra, Pablo Bemsch, y David Menéndez. Actuó de director el chino Perry So, muy conocido entre el público asturiano por sus recitales de piano. Tres cuartos de entrada.

El programa estaba centrado en una única obra, Stabat Mater, del compositor checo Antonín Dvorák. Una pieza bellísima y melodiosa, alejada de algunos pesados textos religiosos, e inspirada en los Siete Dolores de la Virgen. El autor la escribió después de perder a sus tres descendientes de corta edad. Dvorák era hijo de un carnicero de pueblo, y nunca perdió la frescura de su infancia pueblerina, pese al alcanzar éxito y prestigio. Su carrera comenzó como violinista en la orquesta del Teatro Nacional de Praga, pero pronto lo dejó para dedicarse a componer. Su fama se extendió rápidamente, ganando premios. Fue nombrado doctor por la Universidad de Cambridge y director del Conservatorio Nacional de Música de Nueva York.

El primer movimiento es una sonata en el estilo sinfónico y se abre con una larga introducción orquestal. "Stabat Mater dolorosa, iuxta crucem lacrimosa? ". Este tema lo repite el coro al final en el espectacular amén. Hemos de decir que ayer se congregaron todas las suertes para firmar una velada memorable. Empezando por el director; éste llevó a la orquesta con serena pasión y expresividad, y no perdió de vista a los solistas. Los cuatro eran muy buenos, destacando el barítono, David Menéndez, dueño de una voz grande y de bello timbre. Tanto como la soprano, la mezzo y el tenor ofrecieron pasajes llenos de belleza. Y por último, la Sociedad Coral de Bilbao es un conjunto magnifico, su musicalidad es extraordinaria. En el tercer movimiento interpretó una melodía desgarradora, pero toda su actuación hay que calificarla de sobresaliente. Dirigida por Enrique Azurza, dejará memoria su paso por Gijón.

La orquesta, como siempre, es una maquinaria tan bien engrasada que parece que va sola. Ayer estuvo contundente, sobria y magnífica. El público premió a todos los que pasaron por el escenario con una ovación larga y entusiasta.