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PEDRO DE SILVA | Escritor, estrenará el próximo día 28 la obra "El Rector" en el teatro Campoamor

"Todo el sistema de represión 'legal' que montó Franco era una parodia de legalidad"

"En cierto momento me llegó con toda su intensidad el personaje trágico de Alas Argüelles, y la necesidad de arrojar luz sobre él y sobre quienes lo mataron"

Pedro de Silva.

Pronto se alzará el telón para Pedro de Silva (Gijón, 1945). El día 28 se estrenará -con función también el 29- en el teatro Campoamor de Oviedo su obra "El Rector", inspirada en la detención, juicio y ejecución de Leopoldo Alas Argüelles en 1937. Ya están a la venta las entradas para conocer la propuesta teatral del escritor y colaborador de LA NUEVA ESPAÑA. Dirige Etelvino Vázquez.

- ¿Qué se siente al escuchar su texto con voz humana?

-Buena pregunta; es una sensación extraña, que conozco por las lecturas dramatizadas de "El Rector", y también por la que recuerdo de mi primera obra de teatro, que se llama, por cierto, "El condenado", y se representó como "ensayo general con público" hace 45 años, aunque no se pudo estrenar al ser prohibida por la censura franquista. Suena como una especie de eco. Oírse hablar. Ruidos en la cabeza.

- Una triple: ¿por qué, para qué, para quién?

-Digamos que en cierto momento me llegó con toda su intensidad el personaje trágico del Rector Alas y también la necesidad de arrojar luz sobre él y sobre quienes lo mataron. Querría pensar que también Oviedo y Asturias tenían esa necesidad; aunque, como sabe muy bien, los escritores a veces nos emborrachamos de nuestra propia subjetividad.

- Poesía, novela, ensayo, cuento? ¿Qué herramientas conserva y cuáles incorpora?

-Lo cierto es que no me veo capaz -tampoco lo he intentado nunca- de reconstruir literariamente otra época, con toda su gama de detalles. El teatro te lo hace más fácil, al dejar la puesta en escena al director. Por otra parte, en la tragedia clásica cumple un papel central el destino, que siempre he visto envolviendo a Leopoldo Alas Argüelles, de algún modo, también, como hijo de su padre, Clarín.

- ¿Ha modificado algo del texto una vez confirmada su futura puesta en escena?

-En el fondo, el rol del escritor de teatro no es muy distinto al del guionista en un filme. El hecho teatral propiamente dicho es la representación, y en ella tan importante o más que el contenido del texto es el montaje y la dirección de la obra. "El Rector" está escrita como teatro literario, incluida una propuesta de montaje que ayuda a comprender las escenas, pero siendo consciente de que, llegada la hora de llevar la obra a escena, debía respetar el fuero del director. La obra era demasiado larga, Etelvino Vázquez ha hecho una propuesta para reducir su "metraje" y yo la he respetado.

- ¿Fue víctima de un asesinato con disfraz legal?

-En realidad todo el sistema de represión "legal" montado por Franco era una parodia de legalidad, empezando por el hecho de que los militares rebeldes acusaban de rebelión militar a los que no se habían sumado a la suya. Es un disfraz tan burdo que hasta fue denunciado (mucho tiempo después, claro) por Ramón Serrano Suñer, el "cuñadísimo" de Franco y su ministro de Asuntos Exteriores.

- "Vetusta está esculpida por el viento del Sur"... ¿Es un viento simbólico?

-Bueno, Vetusta es el Oviedo de Clarín en "La Regenta", que comienza con el viento sur, y hace acto de presencia en momentos principales de la novela. Es Vetusta la que es simbólica, no debemos olvidarlo, y el nombre no es casual. Dicho lo cual, creo que el viento sur modela uno de los estados de conciencia característicos de Asturias. Un viento que enajena un tanto.

- "El Rector" habla entre las ruinas de 1934 de concordia, del poder de la instrucción, de la esperanza... ¿La suya fue una derrota premonitoria?

-En la obra dibujo al Rector como alguien consciente del destino trágico de España, en especial tras la Revolución de 1934. Pero esa conciencia trágica convive en él con una conciencia moral que le lleva a buscar esas parcelas de paz, en lucha con el destino. Esa lucha es, en sí misma, un conflicto trágico.

Una afrenta insoportable

- ¿Por qué las autoridades franquistas tuvieron tantos problemas para condenarlo?

-Hay dos tiempos, el anterior a la entrada en Oviedo de las tropas de Franco y el posterior. En el primer tiempo todo parece indeciso. En el segundo, todo parece decidido. Cuando, después de dicha entrada, se instaura la "justicia" de Franco, el Rector empieza a estar perdido. El núcleo duro del franquismo nunca tuvo problema para condenar a alguien a muerte, incluso muchos años después de acabada la guerra.

- La única prueba de cargo es que el Rector intervino en un mitin en petición de indemnizaciones a las viudas y los huérfanos de la Revolución de 1934. ¿De no existir esa prueba se hubieran sacado otra?

-Lo que podemos saber, a la vista del sumario instruido, que desde un punto de vista técnico está muy bien tramitado (y en cierto modo es el "libreto subyacente" de la obra), es que esa prueba es considerada determinante por los acusadores. Por otra parte, la amnistía para los revolucionarios de 1934 debió de ser vista por Franco (que dirigió la represión, igual que la de 1917) como una afrenta insoportable.

- La falta de lógica de aquel asesinato inexplicable le provocó como autor un "interés vehemente" y una "obsesión". ¿Es positivo para la creación?

-Personalmente, creo que sin obsesión literaria por algo no se hace literatura, de igual modo que no se produce luz si no se hace pasar por un circuito una corriente de tal o cual potencia. Pero nada tiene que ser esa obsesión con el equilibrio en el tratamiento. De hecho creo que "El Rector" es una obra equilibrada, no un cuento de buenos y malos.

- Una obra de misterio, aunque lo importante no es qué pasó, sino por qué pasó...

-Bueno, era un tiempo lleno de muerte y de muertes, en España y en concreto en Oviedo, ciudad cercada. Sin embargo, en ese tiempo desmedido el fusilamiento de Alas fue, por así decir, un desmedimiento añadido. En mi opinión, no obstante, fue una manifestación fielmente brutal del sistema que estaba ya imponiendo el núcleo duro del franquismo para erradicar de raíz "la mala hierba". La obra le presta mucha atención a este asunto, se ocupa de Franco.

- Fue la muerte de un justo, ¿acaso un chivo expiatorio?

-Matar a un justo es la suprema expiación. Está en el código genético de nuestra civilización cristiana y, tal vez, de la naturaleza humana.

- ¿La decepción también germinó en sectores del bando vencedor por aquel episodio?

-Hubo tantos episodios de barbarie en un lado y otro que sin duda muchas gentes de buena voluntad debieron de sentirse decepcionados de los suyos. En la obra personalizo ese sentimiento en un personaje real, don Benjamín Ortiz, magistral de la Catedral de Oviedo y amigo del Rector, a quien se ha atribuido siempre la frase "Han matado a un santo" tras el fusilamiento.

- ¿Una frase lapidaria?

-"Ahora apuntad bien, uno no ha caído". Es la última de la obra, y la pronuncia el jefe del pelotón de ejecución de Alas y sus compañeros de fusilamiento.

- ¿Amenaza el viento del Sur a la España actual?

-A decir verdad, no me lo parece. Creo que son sólo fantasmas, aunque nunca sabemos mucho de los poderes de éstos. Guerra civil, igual que madre, no hay más que una. La Guerra Civil de España será siempre una marca indeleble en la conciencia profunda de los españoles, lo sepan éstos o no (ése es el error de quienes quieren borrar la memoria), igual que, por ejemplo, en EE UU lo es la guerra de Secesión.

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