El coste total de las enfermedades respiratorias en los países de la UE es de 380.000 millones de euros anuales y cada año mueren 600.000 personas por estas patologías. Diversos estudios revelan que las patologías del sistema respiratorio más destacadas son el asma, la EPOC, el cáncer de pulmón, los trastornos respiratorios durante el sueño y las infecciones respiratorias víricas (gripe) y bacterianas (neumonía).

Expertos internacionales han señalado como principales factores de riesgo el envejecimiento, el tabaquismo, el sobrepeso y la calidad del aire en las ciudades. De la misma manera, han apuntado que estos problemas se incrementarán en el futuro precisamente por el envejecimiento de la población y el empeoramiento acusado de la calidad del aire.

La importancia de una buena respiración resulta vital para oxigenar nuestras células, mantener el equilibrio acido-base de nuestros líquidos internos y conseguir una buena función circulatoria, entre muchas otras funciones. Desde hace siglos, el hinduismo da un valor fundamentan al praná, aire inspirado o energía vital en sánscrito, y disciplinas como el yoga enseñan su control como elemento clave de la salud.

La correcta respiración se realiza por la nariz para que el aire llegue acondicionado a los pulmones, donde tiene lugar el intercambio gaseoso. Las vías respiratorias altas son sede de procesos inflamatorios infecciosos y alérgicos (rinitis, sinusitis, otitis) que pueden en segundo término afectar a todo el aparato respiratorio (bronquitis, por ejemplo).

Higiena nasal

A juicio de los expertos, una buena higiene nasal practicada con regularidad aporta muchos beneficios para la salud como el reforzamiento de la función defensiva de las mucosas respiratorias y la mejora del drenaje lacrimal. Así mismo, previene los resfriados, la gripe y faringitis al reducir la respuesta alérgica por desensibilización de las mucosas.

La terapia marina, precisan los especialistas, también favorece el buen funcionamiento de las glándulas adenoides y las amígdalas. Debido al drenaje provocado, las funciones olfativas y gustativas pueden mejorar sustancialmente. Asimismo, produce un efecto de bienestar general, despejando la cabeza y mejorando la atención y percepción.

Las mucosas producen moco constantemente para ayudar a limpiar el aire inspirado y para establecer una barrera defensiva, en forma de capa externa, para hacer frente a las diferentes agresiones ambientales. Cuando se produce una irritación de las mucosas se altera el moco y provoca inflamación, creando así un caldo de cultivo para la proliferación de gérmenes, es decir, para la infección.