México y su famosa festividad del Día de los Muertos es un tema recurrente en la narrativa cinematográfica. El último ejemplo es "Coco", una creación de la compañía Pixar que hace poco más de un mes se alzó con dos Óscars, a la mejor película y a la mejor canción original, y que narra las aventuras de Miguel, un niño que sueña con ser músico pero cuya familia odia todo lo relacionado con el arte del pentagrama a causa de un percance que su tatarabuela tuvo muchos antes. El protagonista, que ansía llegar a ser como su ídolo fallecido Ernesto de la Cruz, se embarcará, tras cruzar el umbral entre los dos mundos, en una aventura en la que conocerá a sus antepasados y un legado de lo más sorprendente. La película, dirigida por Lee Unkrich y Adrián Molina, se alza como un nuevo prodigio visual de la productora de Lasseter, Stanton y compañía. Además es una nueva oportunidad de naturalizar la muerte entre los más pequeños -y la mayoría de los mayores- en esta sociedad donde es prácticamente un tabú. En ese sentido, la película sigue la estela de otras cintas de éxito como "El libro de la vida", producción de 2014 dirigida por Jorge R. Gutiérrez que cuenta con un buen puñado de similitudes.