Máximo Pradera (Madrid, 1958) es periodista y escritor y el ponente de la conferencia "¿Se puede ligar con música clásica?" basada en su libro "Tócala otra vez, Bach. Todo lo que necesitas saber de música para ligar". La cita será el viernes a las 19.00 horas en la Casa de Cultura, donde se hablará de música, de ligar y también de humor. Atiende a LA NUEVA ESPAÑA a través del teléfono.

- ¿De dónde partió la idea de escribir un libro sobre cómo ligar con música clásica?

-Está basado en una película ("Todos dicen I love you") de Woody Allen. En una escena, se hace un entendido en Tintoretto haciendo gala del postureo cultural. Es como cuando Albert Rivera citó a Kant sin haber leído nada de él. Me hizo gracia el postureo cultural como punto de partida del libro. La música es un placer y ahora que estoy preparando la charla me sirve también para aprender.

- ¿Cómo se liga con música clásica?

-Es un despliegue de sensibilidad hacia la música. La charla va a gustar, casi está más dirigida al hombre, que es más gañán porque a la mujer se le supone la sensibilidad.

- A la hora de ligar o hacer postureo cultural, ¿qué compositores son los más idóneos?

-No sé, muchos. Quizá con Tchaikovsky piensen que eres gay, porque era homosexual. Hay que manejar la sensibilidad. O con Stonhausen, que de por sí tiene nombre de hombre muy viril. Para esto hay reglas, como con los "Gremlins", que no podías permitir que les diera la luz, que no comieran después de medianoche ni se podían mojar. En este caso, a la hora de ligar es mejor huir de autores conocidos, huir de lo "mainstream", como ocurre con las zapatillas deportivas. No es lo mismo Reebok o Nike, que gastan más en publicidad que, por ejemplo, las marcas como Mizuno o New Balance.

- ¿Ha ligado con estas técnicas?

-Es lo que me queda, es lo único que puedo contemplar. Soy alto, mido 1,89, y delgado. Con el italiano se liga mucho y en la música como hay muchos conceptos en italiano, de primeras eso genera buena impresión.

- Ponga un ejemplo.

-Puccini era muy artillero. Le decía a su mujer que iba a ensayar con el piano después de cenar, llamaba a un alumno o alumna para que lo hiciera y mientras tanto él se iba a estar con otras mujer. Un día su mujer se enteró y se armó la de Dios. Es una historia verídica. Y sí, Puccini, como italiano, era un profesional.

- ¿De dónde le viene su relación con la música clásica?

-Desde pequeño, tenía un profesor que era músico profesional y tocaba en un grupo renacentista. Desde los 14 o 15 años tuve relación con instrumentos antiguos como la vihuela y luego más tarde toqué ese instrumento similar al laúd en un grupo "Atrium musical", con el que grabé dos discos, que son los que han quedado de esa formación. Crecí con el rock progresivo, con "Yes" y "Jethro Tull" entre otros, que también tocaban piezas clásicas.

- La música es su pasión...

-Sí, pero no soy un friki, tengo mucha afición. Encontré una fórmula para escribir sobre música que son los thriller musicales como el que saldrá el día 26 que se llama "Las dos muertes de Mozart" y será mi cuarta novela. Cuando hago thrillers musicales, uso seudónimo, Joseph Gelinek y me centro en la tensión narrativa.