La acción, el gesto y el cuerpo. Estas son, a decir del comisario Luis Feás Costilla, las tres cualidades comunes a los siete artistas seleccionados para formar parte de la 28.ª edición de la Muestra de Artes Plásticas del Principado de Asturias, que se inauguró ayer en la Sala Borrón de Oviedo. Una exposición que permitirá al público profundizar en la obra de algunos de los artistas más notables de la cantera asturiana y empaparse de la versatilidad de estilos y técnicas que practican.

Tania Blanco, Covadonga Casado, Mariana Heredia, Noemí Iglesias, Rodrigo Martín, Mario M. Martínez y el ganador del Premio "Asturias Joven" de Artes Plásticas, Miguel Braceli, completan la nómina de artistas seleccionados para esta edición de la muestra. Todos ellos menores de 35 años y con una inquietud común por desbordar los márgenes tradicionales de la obra de arte, persiguiendo una conexión con su entorno. Unas obras que, en palabras de Feás, son "un compendio de prácticas relacionadas con lo performativo", lo que se traduce "en una extensión de los cuerpos, propios y ajenos, a los que se cartografía, trazando en carne y hueso sus coordenadas geopolíticas".

Eso se refleja en la obra de Braceli, con formación como arquitecto, que en 2016 impulsó en la playa de San Lorenzo la acción "Sacar el mar". Con treinta colaboradores y cien metros lineales de polietileno, Braceli trataba de capturar un mar en retirada, cuando el oleaje retrocedía tras romper contra la costa. Esa performance fue documentada en un vídeo y una serie de fotografías, que ahora se exponen.

Aunque esa inquietud performativa es común a todos los creadores de la muestra, cada uno la aborda desde coordenadas, estilísticas y formales, distintas, y con objetivos también diferentes. El grabado cobra protagonismo con la obra de Mario M. Martínez, marcada por la inseguridad, y la de Tania Blanco, que explora el concepto de las "geometrías de lo cotidiano" a través de las variaciones con fichas de tangram. Covadonga Casado y Rodrigo Martín trabajan la pintura, él a través de la expresión y ella con rotundos y expresivos desnudos femeninos. Noemí Iglesias conjuga vídeo, piezas de porcelana y una intervención sobre la pared de la sala para armar una reflexión crítica sobre la mercantilización del enamoramiento. Y Mariana Heredia combina imágenes y objetos encontrados en una pieza, "El subsuelo", conectada con su serie de instalaciones "Partículas de masas".