Investigadores de la Universidad de Leeds, la Universidad de Bristol, en Reino Unido, y la Universidad Memorial, en Canadá, simularon los cambios locales en el clima que tuvieron lugar en todo el mundo durante los últimos 26.000 años, cuando los glaciares de la última glaciación comenzaron a retirarse.

Combinando las simulaciones con las fechas de radiocarbono de la iniciación de las turberas, descubrieron que las temperaturas locales de verano más elevadas, en lugar del aumento de las precipitaciones, condujeron a la formación de turberas en regiones anteriormente glaciales, como América del Norte, el norte de Europa y la Patagonia.

El investigador principal de este trabajo, el doctor Paul Morris, de la Escuela de Geografía de la Universidad de Leeds, en Reino Unido, señala: "Este trabajo ayuda a explicar la génesis de uno de los tipos de ecosistemas más importantes del mundo y su depósito de carbono potencialmente frágil. Es importante que fortalezcamos nuestro conocimiento sobre las causas de la iniciación de la turba, particularmente dada la preocupación sobre los climas futuros y el importante papel que desempeñan las turberas en la lucha contra el cambio climático".

Las turberas son ecosistemas importantes porque son uno de los depósitos biológicos de carbono más grandes del planeta y han capturado grandes cantidades de carbono en el suelo. Están formados completamente por materia orgánica, pero se cree que son sensibles al cambio climático. La turba se forma a lo largo de miles de años cuando las plantas y la materia orgánica no pueden descomponerse por completo en condiciones ácidas y anegadas, lo que impide que su carbono se libere a la atmósfera.

La nueva investigación ayuda a construir una comprensión del papel del clima en la formación de turba, que es particularmente relevante cuando se considera cómo la distribución y abundancia de las turberas podría cambiar en climas futuros. También muestra los cambios climáticos que han sufrido las turberas del mundo desde que se desarrollaron por primera vez, proporcionando un contexto para el calentamiento futuro.

Los autores advierten que las probables tasas y la gravedad del cambio climático futuro superan con creces lo que las turberas del mundo han experimentado anteriormente, dejando sus enormes depósitos de carbono potencialmente vulnerables a la degradación, como se expone en un artículo sobre esta investigación que se publica en la edición digital de 'Proceedings of the National Academy of Sciences'.