Formación, promoción, colaboración, renovación. El futuro de la zarzuela pasa por un esfuerzo colectivo para poner en valor el género y atraer a nuevos públicos, que se apoye en esos cuatro pilares para superar los prejuicios y los recortes que han minado la popularidad del género. Así lo consideran los participantes en la mesa redonda "La renovación escénica de la zarzuela", que se celebró ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, auspiciada por la Fundación Municipal de Cultural del Ayuntamiento de Oviedo.

Presentada por Roberto Sánchez Ramos, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Oviedo, y moderada por el musicólogo Cosme Marina, director del Festival de Zarzuela de Oviedo, la mesa redonda estuvo formada por Daniel Bianco, director artístico del Teatro de al Zarzuela, por la soprano Ana Nebot y por el director de escena Emilio Sagi.

Marina planteó un debate desde la denuncia de una situación límite: "Las temporadas de zarzuela prácticamente han desaparecido de este país. Se ha usado la realidad de la crisis como disculpa para quitar la zarzuela y mantener otras cosas". Sagi profundizó en la reflexión con un ejemplo que vivió en primera persona: "Daniel (Bianco) y yo trabajamos mucho para el teatro Arriaga de Bilbao. Allí se hacían muchas coproducciones con Oviedo, por la amistad entre el alcalde (Iñaki) Azkuna y Gabino de Lorenzo. Pero Azkuna se murió, desgraciadamente, y desde entonces el teatro Arriaga ya no produce zarzuelas. Produce otras cosas".

Esta paulatina desaparición de las temporadas de zarzuela ha dejado al festival ovetense como uno de los bastiones de un género cuya situación se puede agravar una vez se consume la absorción del Teatro de la Zarzuela por parte del Teatro Real. "Las noticias son preocupantes. No diría que la temporada del Campoamor pueda peligrar, pero puede poner en cuestión la propia zarzuela en Oviedo tal y como la tenemos concebida, aunque espero que no", afirmó Sánchez Ramos, quien incidió en que el Consistorio ovetense ha tendido la mano a otros ayuntamientos asturianos, aquellos con una infraestructura capaz de albergar estas producciones, para que puedan llevarlas a sus municipios a cambio de una aportación económica.

La colaboración, añadió Sagi, es clave para ampliar el público de la zarzuela y, también, para lograr producciones de mayor fuste, que llegado el caso puedan incluso estrenarse en el extranjero, donde las pocas obras que se representan tienen buena acogida. "Si la supiésemos vender, se haría en más sitios. Una obra como 'La Generala' es digna del Covent Garden o La Scala de Milán. Porque además se está haciendo zarzuela con un nivel de cantantes muy alto", añadió Ana Nebot.

Pero este potencial, insistieron todos los ponentes, contrasta con el escaso apoyo y con ciertos prejuicios que rodean al género debido, señaló Sagi, a una "utilización ladina" del teatro lírico español por parte del régimen franquista. "Siempre pienso que tenemos muchísimos prejuicios con la zarzuela. Si los franceses tuviesen este género y un continente con millones de personas que hablan su lengua, como América, sería otra cosa. Que aquí, cuando se estrenaba una zarzuela en Madrid, en lo que tardaba un barco en llegar a América ya estaba allí", afirmó Daniel Bianco. Sagi profundizó en la reflexión: "Hay lugares donde se ha hecho una defensa importante de su folclore, como Austria. No hay más que mirar operetas como 'Die Fledermaus': 'Doña Francisquita' es mucho mejor, pero nunca supimos envolver bien estas cosas. Y la envoltura es importante".

La necesidad de introducir a las nuevas generaciones fue otro de los aspectos centrales del debate. "Hay una realidad: el público de la zarzuela está envejeciendo. Hemos pasado nos años de travesía por el desierto en los que no se consiguió, en la media de lo que se necesitaba, enganchar a nuevos públicos", lamentó Marina. A este respecto, Bianco relató sus experiencias a la hora de seleccionar cantantes para el Teatro de la Zarzuela, donde quedó de manifiesto el desconocimiento del género entre la mayor parte de los aspirantes.

Esta circunstancia también fue destacada por Ana Nebot, que lamentó cierto maltrato al género en el ámbito de la formación. "Creo que los planes de estudio están mal enfocados, como toda la enseñanza en nuestro país. Al final, de donde aprendes es de los grandes actores", señaló la cantante, quien también reclamó a los intérpretes una mayor atención a la dicción. "Creo en la logopedia, y en que tendría que haber asignaturas que nos enseñasen a declamar, o quizás talleres. Siempre pongo de ejemplo al Rey, cómo hablaba y cómo habla. Eso es porque le ha echado horas".

En este punto del coloquio, el público se unió al debate. Entre las intervenciones, los presentes aplaudieron la de Emilio Casares, maestro de musicólogos. "El gran drama de la lírica española ha sido la no enseñanza en los conservatorios, sobre todo", señaló Casares, autor del informe sobre el que el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte apoyará su propuesta para declarar al género de la zarzuela Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial.

"En nuestros conservatorios, hay una asignatura obligatoria de lied. y es sorprendente que enseñen a cantar lied y no zarzuela", añadió Sagi, a la reflexión de Casares.

Esta mesa redonda tendrá continuidad esta tarde, a partir de las 20.00 horas y de nuevo en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, con la mesa redonda "La zarzuela desde la musicología, perspectivas de futuro", en la que participan los musicólogos María Encina Cortizo, Ramón Sobrino y Emilio Casares. Modera Cosme Marina.