Aitana Sánchez-Gijón (Roma, 1968) se estrena como jurado del premio "Princesa de Asturias" y regresa a la ciudad que la vio nacer en el mundo de la interpretación en "Segunda enseñanza", la convirtió en un icono de Vetusta en la miniserie "La Regenta" o donde se consolidó bajo la dirección de Gonzalo Suárez con "Oviedo Express". Defensora de la paridad en el mundo del cine y las artes, también lo es en los premios: "Es importante que haya más presencia de mujeres relevantes porque en definitiva son modelos de referencia para la sociedad. En el cine falta mucho por avanzar. No hay más que ver el número de directoras que existen frente al de directores. Y eso que las hay brillantes. Es necesario contar historias en las que las mujeres tengamos roles más determinantes. Me llama la atención que los hombres tengan cierta resistencia a leer literatura escrita por mujeres o cine dirigido por nosotras. Yo me veo igual 'Los siete magníficos' o 'Tarde para la ira'. Las mujeres tenemos absolutamente integrado que no nos importa el género a la hora de apreciar una obra de arte, pero al contrario les cuesta".

La edad sigue jugando en contra de las actrices, aunque "afortunadamente yo he trabajado siempre porque el teatro es diferente. A medida que cumplo años tengo la suerte de poder interpretar personajes cada vez más potentes y profundos. Sin embargo, sentí que se abría ante mí una frontera en el cine y la televisión a partir de los 35 años. A esa edad entras en una especie de limbo extraño en el que no saben qué hacer contigo. Una mujer de más de 35 ya no es objeto de deseo en el cine, sino la madre de ese objeto. Yo a esa edad tenía una bebé de pocos meses y un niño de dos años, pero como actriz me tocó ser madre de una chica de 27 años".

También ha luchado sobre los escenarios por la causa femenina. En "Troyanas" clamó por las mujeres de Siria: "Vivo con una gran angustia e impotencia la situación actual de aquel país. En esa obra de teatro se apela al papel de los europeos en el conflicto, y si buscamos la respuesta en la actualidad, la conclusión es terrible. Acaban de juzgar a la ONG Proactiva Open Armas por ayudar al rescate de personas que se mueren a diario en el Mediterráneo cuando deberían premiarles y ponerles un monumento. Me avergüenza y me indigna esa criminalización a la ayuda humanitaria".

Volver a Oviedo le produce muy buenos sentimientos: "Empecé a trabajar aquí con 16 años en 'Segunda enseñanza'. Pasé muchos meses en la ciudad. Oviedo es el reflejo de toda mi vida profesional, es indispensable en mi biografía. Tengo grabado en la memoria el privilegio de rodar dentro de la Catedral al interpretar a Ana Ozores. Cerraron el templo para nosotros y yo escuchaba el eco de mis pasos al caminar, lo que me permitía sentir aquellos raptos que tenía la Regenta".