Mercedes Roncero, madre de la joven valenciana de 16 años Lucía Moreno que sufre una enfermedad rara que la impide moverse, ha reunido 195.000 firmas para reclamar a la Conselleria de Educación de la Generalitat Valenciana que la menor pueda seguir teniendo un profesor a domicilio el próximo curso, cuando finalice la educación obligatoria, para poder cursar Bachillerato.

La madre de la joven entregará las firmas, recopiladas a través de la plataforma Change.org hoy en la conselleria. La petición de la familia también se dirige al Ministerio de Educación, al que solicita que regule la atención domiciliaria del profesorado para que jóvenes con enfermedades prolongadas o crónicas pueden recibir clase a domicilio después de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO).

Lucía padece distrofia simpático refleja, una enfermedad poco común entre los jóvenes, que provoca unos dolores insoportables, «similares a una amputación», asegura su madre. «Esta entrega de firmas la queríamos haber hecho antes, pero como ha hecho mal tiempo, con días nublados, lo hemos ido aplazando, porque todo eso le afecta a mi hija», ha explicado Mercedes.

Dolor las 24 horas

El problema de Lucía comenzó hace seis años tras un pequeño golpe en la rodilla jugando al baloncesto, y ha degenerado en una enfermedad que apenas le permite salir de casa. «Sufre las 24 horas, tiene que estar casi siempre tumbada, y ha ido a más, pero ella tiene la esperanza de que algún día se curará, y por eso se quiere preparar para estudiar», relata su madre.

Actualmente, Lucía cursa 4º de ESO y recibe la visita de dos profesoras en casa. Su madre denuncia que existe «un vacío legal» sobre la docencia a domicilio al acabar la ESO.