Javier Teruelo, catedrático acreditado de Derecho Penal de la Universidad de Oviedo, explica la fina línea que separa el abuso de la agresión sexual en este caso. "Técnicamente, si no hay violencia física ni amenazas verbales de que se va a causar daño a la víctima, hay prevalencia, pero no intimidación, o dicho de otro modo, hay aprovechamiento y, entonces, es abuso".

Elena Ocejo, presidenta de Abogadas para la Igualdad en Asturias, calificó ayer de "aberración jurídica" y "despropósito calificar el delito como abuso y no como agresión, y más cuando el Ministerio Fiscal, basándose en la objetividad, pide 22 años de cárcel. Se trata claramente de una agresión sexual".