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Devoralibros

Una investigación que no tiene retorno

Alfonso del Río empapa "La ciudad de la lluvia" con un tenso aguacero literario de misterios e intrigas

20,50 euros

Llevo varios días huyendo de la muerte. Recluido en mi escondrijo para que no me encuentren, porque si me encuentran estoy jodido. He sudado como un cerdo y ya ni siquiera me importa haber destrozado un traje que me costó cien mil pesetas. Así que voy a morir. Y no tengo culpa de nada: no soy más que una víctima. O, al menos, eso creo.

Alfonso del Río tuvo claro desde el principio que quería enfrentarse al apasionante reto de construir "una novela de suspense, en la que el lector se imbuyera tanto en la historia que no pudiera dejar de leerla. A pesar de que tampoco nunca pensé si me leería alguien. Y lo cierto, es que aunque hoy sean miles los lectores de La ciudad de la lluvia, sigo tomando la escritura como algo íntimo que hago para mí mismo. No es una afición, sigue en el ámbito de mis sueños, y ahí ha de quedarse si quiero seguir escribiendo así".

Escoger el contexto de Bilbao le resultó "sencillo. Primero porque quería que esta novela fuera un homenaje a mi ciudad y si escogí los años 80 es porque por aquel entonces, en Bilbao llovía más que ahora, en todos los sentidos? Era una ciudad más gris, más oscura, más dura. Perfecta para una trama llena de misterio e intriga".

En 1983 "nos encontramos con una ciudad a flor de piel: una sociedad rota por las ideas políticas y el terrorismo, con una división de clases muy marcada, incluso geográficamente por las orillas que separaba su Ría, y un mundo empresarial en decadencia y en auge a la vez. La ciudad que se había tornado gris por su industria. La ciudad valiente, que prosperaba heroicamente, a pesar de llorar el terrorismo, y a pesar de llorar las peores inundaciones del siglo. La ciudad que tiró de su alma más que nunca para erigirse en lo que después fue. La ciudad de la lluvia".

En esa sociedad, "los ámbitos empresarial, financiero y legal, empujaban la ciudad. Además, su equipo de fútbol acababa de ganar la Liga. De ahí que yo quisiera escoger a sus personajes en estos cuatro ámbitos. Supongo que resulta especialmente original el haber dado un papel protagonista a un futbolista ficticio del Athletic, Alain Lara: aporta frescura al relato y un punto de vista distinto al habitual en una novela. Por otro lado, el otro gran personaje, el que me muchas horas de escritura es David Schaffer, el mejor abogado del mundo. Por mi profesión de abogado, conozco bien los entresijos de los grandes bufetes legales y quise dibujar un personaje histriónico, arrogante pero encantador, como Schaffer. Un personaje irreal en un mundo absolutamente real".

El origen de la historia necesitaba "un escenario todavía más gris, más oscuro y más duro que el descrito: el Berlín de 1941. Ahí sitúo a un extraño personaje sin nombre ni identidad, que se hace llamar el Extranjero. Un brazo ejecutar que pone en jaque en jaque a toda la cúpula del III Reich y cuya sombra, inmortalizada en una inoportuna fotografía que nunca debió tomarse, tendrá terribles consecuencias más de cuarenta años después: en el Bilbao de 1983, los hombre que aparecen en ella están muriendo. Una extraña coincidencia que desembocará en una investigación sin retorno. Porque nadie puede esconder la verdad para siempre?"

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