El ministro de Justicia, el popular Rafael Catalá, se ha quedado solo en sus críticas al juez Ricardo González, el magistrado que emitió un voto particular en la sentencia del caso de "la Manada" que pedía absolver a los cinco sevillanos que forzaron a una joven de 18 años en los sanfermines de 2016. El PSOE, que en un primer momento había apoyado a Catalá por boca de su portavoz en el Congreso, la magistrada en excedencia Margarita Robles, y de su secretario de Organización, José Luis Ábalos, rectificó ayer su posición y se sumó a las críticas contra el ministro. Fue el propio Pedro Sánchez, secretario general de los socialistas, el que marcó el cambio de posición. "Le pedimos al ministro de Justicia que no sea torpe, que si tiene alguna posición particular, personal, que hacer sobre el magistrado, aclare a qué se refiere. Si no, lo mejor es estar callado", afirmó Sánchez.

Pese a las críticas y a las insistentes peticiones de dimisión llegadas desde todos los colectivos de fiscales y magistrados, Rafael Catalá reiteró ayer sus ataques al juez Ricardo González, del que en la víspera afirmó que tenía "un problema singular", unas afirmaciones que presumiblemente se referían a que fue sancionado por dilatar sin necesidad procesos de separación y divorcio.

"Es mi obligación pedir al Consejo (General del Poder Judicial) que actúe porque yo no voy a participar en juegos de hipocresía y los datos sobre ese magistrado los tienen ellos; yo no tengo detalles pero sí sé lo que me han contado con mucha preocupación sus compañeros", recalcó ayer Catalá.

El debate genera posiciones encontradas, ya que los partidos y los colectivos jurídicos insisten en la necesidad de defender la independencia de la justicia, pero la crítica contra el voto discrepante del magistrado es generalizado. En este sentido, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, califica la postura del juez de "repugnante" y considera que "habla muy mal" de determinados factores de la judicatura", pero a la vez crítica al ministro por "apartar el foco" del fallo con sus críticas, y sostiene que "Catalá debería haber dimitido hace mucho tiempo".