"En una situación de estrés crónico, el dolor queda anestesiado por el sistema hormonal, que se desarrolla con un objetivo principal: la supervivencia", sentencia Luis Lozano, psicólogo con clínica en Avilés. Él, al igual que más de 1.800 psicólogos y psiquiatras de todo el país -una veintena de ellos asturianos-, han firmado un documento en el que claman contra la sentencia de "La Manada", que condena por abusos a 9 años de prisión a cada uno de los cinco jóvenes que en los Sanfermines de 2016 introdujeron en un portal de Pamplona a una joven para tener sexo.

No hubo condena por agresión sexual porque los jueces no consideraron que hubiera violencia, a la luz de la reacción que la víctima muestra en el vídeo de la escena grabado por los condenados. No hubo una mayor resistencia porque, en este estado de shock, insisten los psicólogos, estaba paralizada. Lozano: "Es común la inmovilización si no se puede huir". Y añade: "Consideramos que se está revictimizando a la víctima cada vez que se cuestiona por qué no se defendió, corrió o gritó. La respuesta es clara: estaba bloqueada", agrega el psicólogo avilesino, que destaca que durante el juicio no se han tenido en cuenta las variables psicológicas que afectan a la víctima. "Se le está juzgando sin tener en cuenta los argumentos psicológicos de por qué no pudo decir que no en la situación en la que se encontraba", precisa.

Los psicólogos y psiquiatras hacen alusión en su carta abierta dirigida al Ministerio de Justicia, y difundida por las redes sociales, a la Teoría Polivagal de Porges. "Ante una situación de amenaza de muerte, lesión grave o violencia sexual es común una respuesta de inmovilización cuando no es posible huir ni escapar", aclaran. Se trata de una forma rápida de reacción del sistema nervioso para tratar de sobrevivir y minimizar el impacto del suceso amenazante cuando no es posible huir. "Es un proceso casi automático en el que el cerebro decide por la víctima", concluye Luis Lozano.

La psicóloga Alexia Llanos, también avilesina, es otra de las firmantes del manifiesto. "En mi trabajo veo a diario a personas que además de sufrir uno o varios hechos traumáticos son revictimizadas y dañadas institucionalmente por el propio sistema, pero también por profesionales que juzgan sus reacciones y secuelas de un modo inadecuado. Este tipo de situaciones no hacen más que incrementar las secuelas emocionales y psicológicas de los abusos, como por ejemplo la inseguridad y el sentimiento de incapacidad de las víctimas".

Llanos destaca a su vez que hay muchos estudios basados en la evidencia desde el enfoque EMDR (un método de psicoterapia) para el trabajo del trauma que explican la reacción de parálisis frente a una situación de extremo peligro en la que la persona cree firmemente que puede perder su vida. "En este caso, como en tantos otros, se ha juzgado moralmente a la víctima por su reacción sin saber que su sistema no pudo reaccionar de otro modo", apunta.

Alexia Llanos subraya también la necesidad de definir "de manera más amplia" qué se considera intimidación y violencia. "Los psicólogos tenemos mucho que decir al respecto", concluye.

La psicóloga gijonesa Carolina Aguilera también respaldó con su firma el manifiesto de los expertos sobre el caso de "la Manada". Se confiesa "consternada" tras la lectura de la sentencia de "la Manada". Esta experta indica que "desde el colectivo de Salud Mental, al cual pertenezco, se quiso exponer de forma técnica, pero clara y concisa, cómo reaccionamos las personas ante una situación de alto riesgo. Además, se dio traslado al sistema judicial de conceptos relacionados con la violencia, como lucha, huida o consentimiento..., que no se entienden, o quizá no se quieren entender, poniendo de manifiesto este sistema patriarcal del que no se libra tampoco el poder judicial".

A juicio de Aguilera, "tras leer los hechos probados se descarta la intimidación, y por ende la agresión sexual y por ende nueve años en lugar de veinticinco de condena. La vulneración de los derechos de, no sólo ella, sino de todas las mujeres se hace insoportable de digerir". Esta psicóloga subraya también la otra vertiente del manifiesto, que es también "alertar a la sociedad en general y a la justicia en particular de la victimización secundaria que se está ejerciendo sobre la víctima cuando no se la protege".

Cambiar las leyes

Cree que es necesario dar un paso más. "Al margen de este manifiesto, quisiera apuntar la necesidad de modificar las leyes. Hay que tipificar los delitos en función del daño sufrido por la víctima y no de la conducta del agresor. Una persona puede sufrir un trauma mayor cuando ha sido abusada por su padre que otra que haya sido agredida sexualmente por un desconocido".

La psicóloga gijonesa Laura López Iglesias también respaldó este documento. En su caso firmó el manifiesto desde el convencimiento de que "es necesario defender nuestra profesión porque podemos aportar nuestros conocimientos técnicos a la hora de juzgar estos casos". López reconoce que "existen bloqueos" en situaciones traumáticas o violentas y que "no se pueden juzgar como consentimiento", pero más allá de las valoraciones puntuales sobre el caso de la "Manada" insiste en que la voz de los psicólogos sea escuchada y tenida en cuenta en el sistema judicial porque "se trata de personal especializado, con conocimientos científicos y técnicos" que pueden arrojar luz en procesos como el que se acaba de juzgar en Navarra.

Sincero rechazo

"La polémica sentencia de 'la Manada' me ha producido un sincero rechazo ya que subestima la gravedad de los hechos", asegura Vilma Llana, psicóloga con clínica en Gijón y firmante también del manifiesto de los 1.800 expertos. "Desde mi punto de vista, creo que el fallo se debe, por un lado, a cómo están redactadas las leyes en nuestro código penal; hasta el punto de resultar alarmante también fuera de nuestro país". Llana indica que esa distinción entre abuso y agresión-violación "pone el peso en la víctima, y no en el comportamiento del agresor, que es a quien se está juzgando". Considera "absurdo" preguntarle a la víctima de otro tipo de delitos "si realmente quería pasar por ello o si opuso suficiente resistencia. ¿Por qué no ocurre lo mismo con la tipificación de delitos sexuales? Las leyes son interpretables y quizá los jueces, en casos como éste, adolecen de conocimientos más específicos para poder emitir una sentencia", asegura. Y añade: "Eso por no hablar del voto particular del juez que, directamente, no considera que hubo abuso alguno, lo cual me parece demencial".

Llana considera que "algo estamos haciendo mal en el ámbito de la educación". Respecto a los cinco hombres condenados, "es evidente que hay una falta de formación, formación en valores, respeto, libertad, igualdad, ausencia de metas y aficiones... Sus conversaciones y forma de actuar demuestran una falta de empatía brutal hacia el otro, y hacia la mujer en particular. Como resultado de todo esto, normalizan conductas que no lo son, incluso lo utilizan para poder sentirse parte de un grupo". Vilma Llana opina que "constituye un peligro para una sociedad saludable y justa este tipo de individuos que usan la violencia tan fácil y gratuitamente a la hora de relacionarse, pues la mayoría de ellos ya tenía antecedentes".