Los trabajadores y patronos de Amref Salud, la delegación española de Amref Health, recibieron con entusiasmo, reunidos en su sede madrileña, la noticia de que el jurado del premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional les había concedido el galardón de este año, y que reconoce la labor continuada de una organización con más de seis décadas de trayectoria y que cuenta, desde 1997, con una oficina regional en España, Amref Salud África, desde la que además se brinda apoyo técnico a los equipos de campo.

"No hay africano que no haya oído hablar de Amref", sostiene Irene Tato, patrona de Amref Salud, que destaca que la organización ha desarrollado actividades humanitarias en, al menos, 33 países del Africa subsahariana. "Hace sesenta años, cuando se fundó Amref, eran tres médicos curando a niños quemados. Hoy somos la ONG más grande de África, y a lo largo de estas décadas hemos conseguido formar a más de doce millones de profesionales sanitarios", afirma Tato, quien insiste en que "la salud es la base del desarrollo para salir de la pobreza".

Esa vertiente, la formación de profesionales de la salud, es una actividad fundamental para Amref: "En África necesitan médicos, pero tenemos que formarlos allí, no sólo llevarlos. Sólo tienen un 3% de los médicos de todo el mundo, pero uno de cada cuatro enfermos vive en el continente. En España tenemos 3,9 médicos por cada mil habitantes, que es una media estupenda, tres décimas por encima de la media de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). En Kenia tienen 0,1 médicos por cada mil habitantes, cuarenta veces menos que nosotros. Eso da idea de la necesidad", explica Tato.

Una de las acciones más relevantes de la organización es su lucha contra la mutilación genital femenina. "No puede ser que el 28% de las mujeres de Kenia lo estén padeciendo, cuando además hay ceremonias de rito de paso alternativas que no incluyen este daño", afirma Tato, que pone de ejemplo a Nice Nailantei Leng'ete, responsable del proyecto de Amref de lucha contra la mutilación genital femenina en Kenia, que acaba de ser distinguida por la revista "Time" como una de las 100 personas más influyentes de 2018. "Es un ejemplo. A los ocho años se escapó de una ceremonia de paso de la comunidad masai", relata Tato.

La patrona de Amref reclama más solidaridad de los europeos para ayudar al continente africano. "La gente no piensa en África, pero sigue necesitando dinero y sensibilización para acabar con prácticas como la mutilación genital femenina", afirma Tato, que cifra en 200 el número de socios de la ONG en España. "Antes de un año espero que tengamos el doble", añade, esperanzada, antes de agradecer el apoyo de los colaboradores y los patrocinadores que hacen posible las actividades de la organización.

"Este es un premio que viene a pedirnos a los europeos que no nos olvidemos de África", sostiene Irene Tato, quien además agradece "la valentía del jurado por conceder este galardón a una organización no gubernamental (ONG), en un momento en el que estamos debilitadas en nuestra imagen". La patrona se refiere al escándalo de abusos sexuales que sacuden a organizaciones como Médicos sin Fronteras u Oxfam. "Es injusto que prácticas individuales afecten a instituciones que llevan décadas y décadas luchando y a esos miles y miles de cooperantes que están jugándose la vida en sitios de riesgo, y a los que quiero trasladar mi apoyo", reivindica Irene Tato.