Se hace complicado citar un proyecto humorístico de éxito en los últimos años en España en el que no haya participado Goyo Jiménez (Melilla, 1970). Como complicado resulta conseguir entradas para su espectáculo "By the way", el sábado a las 21 horas en el Teatro de La Laboral de Gijón, que está cerca de colgar el "no hay billetes".

- ¿Qué se va a encontrar el público en su espectáculo?

-Tengo muchísimas ganas de volver a la tierrina. Estoy casado con una de Mieres y mis antepasados son de Sama de Langreo, así que voy con toda la energía del mundo. Se van a encontrar un vistazo a qué le ha pasado al mundo en estos últimos treinta años, para que puedan entenderlo, para que sepan cómo han llegado ahí.

- ¿Y qué es lo que le ha pasado al mundo?

-Que hemos ido mirando a dónde queríamos ir sin saber a dónde queríamos ir y sin mirar por donde pasábamos.

- Uno de sus monólogos más famosos es aquel "AiguantuliveinAmérica", ¿sigue queriendo vivir allí?

-Sí. El 4 de julio estreno "AiguantuliveinAmérica 2", quince años después. Y lo hago porque ahora más que nunca creo necesario vivir en América. Quizá no en la América americana, pero sí en la que me inventé yo.

- ¿La América americana de la realidad se parodia sola?

-La América americana no deja de sorprendernos: ha conseguido tener primero un presidente negro y ahora uno naranja.

- ¿Quién es el mejor cómico en el mundo de la política española?

-Rajoy, sin dudarlo. Tiene una retranca gallega maravillosa y hay que reconocerle que, como cómico, es inigualable.

- En sus espectáculos no busca sólo hacer reír, sino también formar.

-Sí, es un poco mi forma de ser. Yo creo que cada cómico escoge un camino para satisfacer al público y el mío pasa por hacer un tipo de humor que hace que la gente le dé un par de vueltas a las cosas. Me temía que esto podía echar un poco a la gente para atrás, pero al revés, la gente lo agradece. Creo que es muy necesario que reflexionemos y el humor es una de las mejores formas para provocar la reflexión. Un amigo me acusa de "dar liebre por gato".

- ¿Es fácil hacer reír hoy en día en España?

-Depende. Intencionadamente, no; sin intención, lo hacen todos los días, cuando los que nos dirigen se ratifican sobre sus buenas voluntades y sus ideas. Intencionadamente cuesta mucho porque la competencia desleal de los que no quieren hacer reír, pero sí que lo hacen, es muy fuerte.

- ¿Se puede hacer humor de todo?

-Humor, sí. Lo que no se puede es frivolizar, hablar de manera casquivana y absurda de cualquier cosa. El humor exige una profunda reflexión y que esté justificado.

- ¿Cómo ha cambiado el mundo del monólogo?

-Hubo un cambio de alguien que hacía chistes, a alguien que construía unos monólogos cómicos, a alguien que ha creado una carrera, con un estilo.

- Y a raíz de ahí, los nuevos formatos en el mundo del humor.

-Es la ventaja del género: nos ha abierto las puertas a otra forma de hacer televisión. Ahora mismo hay un panorama riquísimo de gente que está haciendo comedia no sólo sobre un escenario, sino aplicando el humor a otra serie de cosas. Estamos en un siglo de oro de la comedia.