El presidente de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), el somedano Belarmino Feito, afirmó ayer que la organización que dirige "está totalmente legitimada para participar en el debate sobre la cooficialidad del asturiano" y para preguntar a los partidos políticos por las consecuencias de su hipotética aprobación. "No sólo está legitimada, sino también obligada a defender y a alzar la voz con contundencia en la defensa de los intereses de los empresarios asturianos", señaló ayer Feito en un pronunciamiento en nombre de FADE que contó con el respaldo de los presidentes de las cámaras de comercio de Oviedo, Carlos Paniceres; de Gijón, Félix Baragaño, y de Avilés, Luis Noguera. Las principales organizaciones empresariales de la región, en bloque.

"FADE no está en contra de la lengua asturiana, que ya está amparada por una ley de uso y promoción del asturiano, con una importante dotación presupuestaria, una ley que cumple su función de preservar este activo cultural", afirmó Belarmino Feito, que el pasado lunes, durante la presentación de un telescopio en su empresa -Asturfeito- abrió la polémica al reclamar a los partidos políticos que pretenden incluir la cooficialidad del asturiano en su programa electoral que especifiquen si va a retraer recursos de las políticas sociales e industriales de la región. En ese mismo acto -en el que estaba presente el presidente del Principado, Javier Fernández- Feito también bromeó sobre la implantación del bable al decir que quizá "las instrucciones del próximo telescopio que construyamos las tengamos que escribir en bable".

Tras esas declaraciones, el presidente de la FADE recibió el respaldo público de significativos empresarios de la región y los partidos políticos reaccionaron con disparidad. El PP respaldo las palabras de Feito, IU y Podemos las rechazaron y la FSA prefirió no pronunciarse. Ayer Feito dejó claro que no es sólo una postura personal, es la de la FADE, y que además cuenta con el refrendo de los presidentes de las cámaras de comercio de Oviedo, Gijón y Avilés. Tras reunirse con ellos para tratar diversos temas, Feito habló, ya sin bromas y ciñéndose a un escrito, sobre la cooficialidad del asturiano e insistió en la legitimidad para hacerlo. "Como consecuencia de esa legitimidad, que no entendemos que nadie cuestione, nos preguntamos: ¿qué va a implicar en el día a día de las empresas: en sus relaciones con la administración, procesos de licitación, contratos...? En una de las regiones más envejecidas de Europa y con necesidad de captar y retener talento, ¿nos ayudará a ser una región más atractiva para el talento y la inversión?. ¿Cómo va a afectar al acceso de los profesionales a la salud pública?, ¿el conocimiento del asturiano va a mejorar la calidad de los servicios sanitarios o será una barrera para los ciudadanos y los profesionales? ¿Va a mejorar la calidad de la enseñanza?, ¿a qué coste? ¿Qué utilidad va a tener, cuáles son sus beneficios? ¿Cuánto va a costar la cooficialidad? En un contexto de contención presupuestaria, ¿de qué partidas se van a detraer esos fondos?".

Antes de lanzar esas preguntas, Feito había destacado que "tan democrático es defender la oficialidad como recabar la información necesaria, a quien la plantea, para conocer su alcance y su repercusión en las empresas.