La plaza Mayor de Gijón se convirtió ayer en un mercado. Pero no uno cualquiera, sino uno solidario. Como cada año, desde hace ya casi tres lustros, Ciudad Tecnológica Valnalón -empresa pública del Principado-, organiza este Mercado de cooperativas y asociaciones educativas que este año reunió frente al consistorio gijonés a casi un millar de alumnos de 25 centros educativos gijoneses.

El proyecto tiene un doble objetivo. De un lado, recaudar dinero para causas sociales y, de otro, enseñar a los más pequeños el valor del emprendimiento. En palabras de Édgar de la Fuente, de 14 años, alumno del San Vicente de Paúl, "busca motivar el talento innovador desde la adolescencia, de cara al futuro". El proyecto que lidera el joven trata de "recaudar dinero para escolarizar a niños en Burundi, porque 5 euros aquí puede ser una salvación allí", reflexiona. Para de la Fuente, sin embargo, "lo más importante no es conseguir más dinero que nadie, sino la voluntad de ayudar a los demás".

Libretas, sujetamóviles o llaveros son los productos que vende el grupo de Candela Díaz, de 10 años, alumna de La Asunción. Unos productos que elaboraron ellas mismas, en clase. Una experiencia que les sirvió, por ejemplo, para saber cómo actuar ante un problema: "como los llaveros no nos salían muy bien, hicimos una votación entre todos y decidimos regalarlos con nuestros productos, a modo de oferta", explicó Díaz.

No todo son asociaciones solidarias. La cooperativa "Plantiello", surge del Colegio de Educación Especial de Castiello de Bernueces, donde sus alumnos de Agrojardinería y Transición a la vida adulta se pasaron todo el año cultivando las plantas que ayer vendieron, haciendo todo el proceso, desde la siembra al enmacetado.

La de ayer fue "una muestra del trabajo de todo el año de un proyecto educativo voluntario cuyo hilo conductor es el desarrollo de capacidades emprendedoras del alumnado", aseguró Raquel García, organizadora del evento.