A poco que se camina, Pimiango, en la parroquia de Colombres, en Ribadedeva, pronto descubre sus tesoros. No sólo es el placer de perderse por sus caminos y contemplar edificios de interés para el viajero, también importa conocer la historia de este lugar, del que se recuerda a sus artesanos del calzado, que tan buena fama tuvieron en Asturias y que incluso tenían una jerga propia: el mansolea.

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