La cadena estadounidense ABC canceló su exitosa comedia "Roseanne" luego que su protagonista publicara en la red Twitter una broma ampliamente criticada y tachada de racista.

El presidente de la cadena Channing Dungey dijo en un comunicado que el comentario de la actriz Roseanne Barr era "aborrecible, repugnante e inconsistente con nuestros valores". "Hemos decidido cancelar su programa", indicó el ejecutivo.

Barr -simpatizante del presidente republicano Donald Trump- se disculpó más temprano por su comentario sobre la exasesora del expresidente Barack Obama, Valerie Jarrett, asegurando que fue una "mala broma".

Había escrito: "La hermandad musulmana y el planeta de los simios tuvieron un bebé = vj".

Borró el tuit luego tras una avalancha de críticas en la red social.

"Me disculpo con Valerie Jarret y con todos los estadounidenses", indicó. "Siento mucho haber hecho esa broma sobre su visión política y su apariencia. Debí ser más consciente. Discúlpenme, mi broma fue de mal gusto".

"Ofrezco disculpas. Ahora dejo Twitter", añadió.

No fue suficiente para ABC, que canceló esta comedia, que volvió este año a la televisión, con inmensos niveles de rating, casi 20 años después.

"Solo una cosa podía hacerse aquí y era hacer lo correcto", tuiteó por su parte Bob Iger, el presidente de Disney, propietaria de ABC, que también reprodujo el comunicado de Dungey.

En la nueva etapa de "Roseanne" -tras el éxito entre 1988 y 1997-, Barr representa a una simpatizante de Donald Trump.

La serie es una rara representación de la vida de clase obrera en la televisión estadounidense, y también de simpatizantes de Trump, que han sido ampliamente ignorados por Hollywood.

Barr ha expresado públicamente su apoyo a Trump en la pantalla y fuera de ella, y muchas por Twitter, una red social de la que el presidente es asiduo usuario.

La serie había sido renovada para una segunda temporada.

La comediante Wanda Sykes, que era productora consultora del programa y de piel negra, anunció el martes que no regresaría al programa.

También se lanzaron campañas en las redes sociales para presionar a los anunciantes a que abandonaran su apoyo al programa, ahora fuera del aire.