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Devoralibros

Bienvenidos al reino maldito del Tío Lobo

Juan Ramón Lucas debuta en la novela con la fascinante historia de "La maldición de la Casa Grande"

19,90 euros

Vuelvo a la casa de los hombres que amé y odié, donde aprendí a leer y se escribió mi destino, para romper la maldición que pesa sobre los Zapata porque quiero salvar la vida de mi hijo.

Juan Ramón Lucas se marcó un importante desafío para debutar como novelista: recrear la vida del murciano Miguel Zapata, el Tío Lobo, en el centenario de su muerte. Un personaje fascinante aunque caído en el olvido: fue uno de los españoles más ricos de su tiempo. Unas pistas sobre La maldición de la Casa Grande: "Sembró prosperidad y progreso, pero también odio y desprecio a la vida; dio valor a esta tierra, pero al precio del dolor y la sangre con las que se sacaba el mineral que hizo ricos a los de su especie. Le temían y le admiraban, se servían de él o de él dependían, y ni una rata ni un conejo se movían aquí sin su permiso. Puso y quitó gobiernos, compró voluntades y decidió sobre todos nosotros". El olvidado magnate minero del siglo XIX en la Sierra Minera de Cartagena-La Unión ordenaba y mandaba en un lugar donde regía la ley despiadada de los patronos mineros, la brutalidad de sus sicarios y pistoleros a sueldo y la angustia de miles de personas que buscaban El Dorado y se encontraron de golpe y porrazos con un mundo de explotación y pobreza donde la salud siempre estaba amenazada y la vida humana apenas tenía valor, con el alcohol como única forma de evadirse de tanta miseria y degradación.

Dividida en tres partes -"El amor", "El secreto" y "La muerte"-, la novela de Lucas tiene como narradora en primera persona a María Adra, la amante del primogénito del patriarca y madre de un nieto bastardo del Tío Lobo, marcado a fuego por la misma maldición que llevó a los hijos de Miguel Zapata y Juana Hernández, su esposa, a una muerte prematura. Todo arranca en el otoño de 1885, el año en el que falleció Joaquín Zapata -"se me cerró el corazón para los hombres"- y en el que Cartagena sufrió una horrenda epidemia de cólera.

A María la llamaban María la Guapa porque "era guapa y tenía formas y porte de moza bien criada y atractiva". No presume en vano: "Ni el mote ni las historias que aquí cuento ni los dichos que tienen que ver con la hermosura que lucía entonces contienen exageración o son fatuos". No es de extrañar que Joaquín quedara prendado ella e hiciera lo imposible para quitarle las prendas en las habitaciones secretas que les alquilaba una amiga, la gitana Esperanza. Joaquín murió y María cayó al abismo. Reveló el secreto a su madre y su hermano Juanico la echó de casa descalza y sin apenas ropa. Estaba embarazada. Su amiga Teresa, trabajadora en la Casa Grande de los Zapata, la ayudó a entrar allí al servicio de la familia del padre de su hijo Manuel que también cargaba con la maldición familiar: una condena a muerte en plena juventud.

Conozcamos un poco mejor al gran personaje que es Tío Lobo: tenía dieciocho años cuando una manada de lobos atacó el corral de ganado de su familia. Sin vacilar, Miguel se hizo con una escopeta y les plantó cara. Se cargó a uno y los demás huyeron atemorizados. Un episodio decisivo que siempre quiso tener presente: disecó la cabeza del animal y nunca se separó de ella. Por eso le llaman Lobo, y por respeto y por miedo le llaman Tío: saben que no hay garras en el mundo que disequen su coraje.

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