La 77.º edición de la Feria del Libro de Madrid cerró ayer sus puertas con cifras positivas, tras recibir a 2,2 millones de visitantes y registrar 8,2 millones de euros, pero con un retroceso del 7% en el volumen de ventas respecto a la edición del año pasado. Una circunstancia que los libreros achacan a la adversa meteorología que ha registrado la capital durante toda la semana, con fuertes lluvias y continuas rachas de viento que afectaron a la afluencia de público.

"Todas las magnitudes de lo que estamos midiendo son excelentes, menos una, la que incide y deriva de las condiciones meteorológicas. Cualquier magnitud que analicemos de visitantes, público o de comportamiento en las redes, de menciones o valor económico de la información, todas son excelentes", sostiene el director de la feria, Manuel Gil. De entre todas las cifras, Gil destaca el hecho de que un 27,8% de los visitantes fuesen menores de 25 años, así como que un 27,4% del total fuesen personas procedentes de fuera de Madrid.

De hecho, Gil incide en que la valoración económica del retorno informativo de la feria también ha registrado un notable incremento respecto a las ediciones precedentes: se estima que la edición de este año ha tenido un retorno para la ciudad cifrado en 35,2 millones de euros.