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Asturias aprueba la decisión de Francia de prohibir el uso del móvil en las aulas

Padres, profesores y psicólogos piden una medida similar en el Principado, donde ahora cada centro decide qué hacer: "Se deben unificar criterios"

Asturias aprueba la decisión de Francia de prohibir el uso del móvil en las aulas

Prohibir el móvil en colegios e institutos asturianos es muy sano. Esta es la opinión general de padres, docentes y psicólogos de la región consultados por LA NUEVA ESPAÑA. Aplauden la reciente decisión de Francia de hacer de los centros educativos un espacio libre de móviles el próximo curso, aunque hay quien introduce matices pues algunos profesores los utilizan como herramientas educativas dentro del aula, y hay psicólogos que apuntan a la necesidad de que estén presentes en escuelas e institutos para así poder educar sobre su buen uso. En Asturias, de momento, no se prohibirá su utilización pero está a punto de aprobarse un decreto para regular la grabación y difusión de imágenes en los centros educativos.

El texto aprobado por el gobierno de Emmanuel Macron considera que el uso del móvil "provoca numerosas disfunciones incompatibles con la mejora del clima escolar". Apunta al ciberacoso, el cibersexismo o los contenidos violentos como los principales motivos para vetar el teléfono en clase. Su prohibición en el aula, aprobada el pasado jueves, aún no ha fijado las multas ni la forma en que se aplicará el veto. Será una tarea difícil de poner en práctica porque no está permitido registrar las mochila ni requisar objetos de los estudiantes.

Cómo se llevará a cabo en Francia interesa mucho en Asturias. En el Principado no hay ninguna norma que regule el uso del teléfono móvil en las aulas. Son los centros educativos los que deciden sobre su utilización, con las dificultades que ello conlleva. "Prohibimos el uso del móvil, enviamos una circular a los padres y hemos puesto carteles en el colegio, pero, aún así, siguen trayendo el móvil. Muchos de ellos sin que sus padres lo sepan". Así explica Isabel Sánchez, la directora del colegio ovetense Amor de Dios, la dificultad para controlar el uso de teléfonos en las aulas. Asegura que ya han tenido "disgustos" por el "uso indebido" por parte de algunos alumnos. Dos de cada cien estudiantes asturianos reconocen ser víctimas de ciberacoso y un 3,25% asegura sufrir un ciberacoso severo. Son los datos de un informe de la Administración regional llevado a cabo por la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).

Controlar los casos de acoso escolar por el uso del teléfono móvil en Asturias es uno de los objetivos del nuevo Decreto de Derechos y Deberes del alumnado y de Normas de Convivencia en los centros docentes, cuyo borrador fue aprobado el pasado 29 de mayo en el consejo escolar del Principado.

Este decreto actualiza el del año 2007 pero no prohíbe el uso del móvil en las aulas. Sólo regula "la grabación y difusión de imágenes o sonidos que atentan contra los miembros de la comunidad educativa". Así lo explica Gumersindo Rodríguez, presidente del sindicato educativo ANPE. "Creemos que este decreto es positivo pero lo ideal sería que la Consejería unificase todos los criterios y decidiese si se pueden usar móviles en las aulas asturianas o no", sentencia. La aprobación de este nuevo decreto está prevista para esta semana en el consejo de Gobierno, pero no se pondría en macha hasta el próximo curso.

Francia ha abierto el debate. Las Asociaciones de Madres, Padres y Alumnos (AMPA) del Principado de Asturias ven la medida llevada a cabo por el país galo muy acertada. "Veo genial que prohiban los móviles en el aula pero, por otro lado, hay profesores que piden a los alumnos que busquen información en clase con sus propios móviles", explica Sonia Gabelas, presidenta del AMPA del instituto de La Corredoria. Para ella, aplicar esta medida sería muy difícil en una sociedad en la parece que todo el mundo vive "de cara a la galería". Los jóvenes, explica, cuelgan todo lo que hacen porque sino "parece que no tienen vida". Para Gabela, la situación es triste y peligrosa pero es una realidad: "Te metes en Instagram por la mañana y muchos de ellos están haciendo directos en los descansos entre las clases".

La educación es para padres y psicólogos la clave para atajar el uso indebido del teléfono dentro y fuera del aula. Los jóvenes están hiperconectados a internet pero desconectados de lo que tienen alrededor. Para la psicóloga asturiana Ana González, "los chavales no establecen relaciones de peso con sus compañeros porque no saben estar en el 'aquí y ahora'". Trabajar en estos aspectos es algo que se debe hacer dentro y fuera del aula.

"No vale darle a un niño una tableta para que te deje cenar", explica el psicólogo asturiano José Muñiz. No ve las tecnologías como algo malo en sí mismo pero considera que prohibir el móvil en colegios es "muy sano", aunque también apunta al papel de los padres en la educación digital de sus hijos.

"Tengo dos hijos de 10 y 12 años y ninguno tiene móvil porque así lo he querido yo; aunque el mayor lo pide mucho", explica Beatriz Fernández, del AMPA del colegio ovetense Ángel González. En este centro educativo el uso del teléfono está prohibido, "aunque en quinto y sexto (11 y 12 años) sí hay chicos con móvil", advierte.

Cada vez más pronto

Los menores asturianos comienzan a utilizar el móvil cada vez antes. Así lo indican los psicólogos y también las encuestas. Los chavales españoles comienzan a utilizar el móvil a los 10 años y a los 15, prácticamente todos tienen "smartphone". En concreto, el 94% de los quinceañeros tiene un teléfono en el bolsillo, según la Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares de 2017.

"Antes hasta los 14 años no empezaban con el móvil, ahora ya lo tienen antes y se conectan a cosas para las que no están preparados", explica la psicóloga González. El empleo del móvil les hace mayores, marca un cambio de niño a adolescente cuando, explica, "ni siquiera han tenido cambios biológicos, ni están preparados para consumir contenidos sexuales o violentos".

La visión opuesta la firma Soraya Calvo, pedagoga y profesora de Ciencias de la Educación en la Universidad de Oviedo: "La medida es desacertada porque, aunque entiendo que puede distraer a los alumnos, el colegio debe estar en la realidad; hacer que los móviles no existen es una mentira". Cree en la idea de utilizarlo como un elemento educativo y enseñar a los jóvenes a gestionar el buen uso del móvil.

Para la pedagoga asturiana es imposible "trabajar de forma activa con los chavales para que aprendan sobre el uso consciente de los móviles, sino no pueden llevarlo al centro educativo". El profesor debe ayudar a los alumnos a gestionar el uso de las nuevas tecnologías de forma correcta. Además, no ve un problema en el uso de redes sociales: "El problema no son las redes, es la falta de respeto hacia los demás, la falta de convivencia en las aulas".

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