El corazón industrial de Asturias bombeará hoy con unos niveles "mínimos históricos". Lo hará como consecuencia del decreto publicado por el Gobierno en la media noche entre el domingo y el lunes, y tras comprobar con estupor que muchas de las actividades que hacen fluir a la economía asturiana no eran consideradas expresamente, como "esenciales" y, por lo tanto, debían de dejar de producir para tratar de matar la expansión del coronavirus.

Sin embargo, el parón puede que sea breve. A las 22.30 horas de ayer, la Delegación del Gobierno en Asturias anunció que había consensuado con la Consejería de Industria un listado de empresas que pueden ser consideradas como esenciales y que, por lo tanto, pueden seguir realizando su actividad. Están todas las grandes industrias de la región. La Delegación del Gobierno en Asturias envió una carta a las compañías explicando su situación, pero grandes empresas de la región ya apuntaron ayer que no se fían porque en el primer borrador del decreto también figuraban como esenciales y finalmente no aparecieron.

Consulta aquí la lista de las empresas consideradas esenciales en Asturias

Al considerar que la situación no está aclarada, ArcelorMittal comunicó -después de darle muchísimas vueltas al texto publicado por el Gobierno- su intención de dejar su producción en Asturias en "mínimos históricos". Parará prácticamente la actividad en todos sus talleres en Asturias en principio hasta el 9 de abril, salvo el de tren de hojalata (usado para fabricar latas de conservas para la industria agroalimentaria). No fue la única, Azsa o Alu Ibérica también dejarán su actividad al mínimo. Todo después de un día de enorme confusión y de interpretaciones de un texto -el del decreto- que las empresas asturianas juzgan de ambiguo. Y no solo ellas, el propio Gobierno asturiano había pedido a la delegación del Gobierno y al Ministerio de Industria que "aclararan" que actividades debían parar y el listado no se difundió hasta la noche, cuando las decisiones se habían tomado.

El caso es que Arcelor, tras una tensa reunión con los sindicatos que se quejaron de "improvisación" y de falta de información, señaló que durante los próximos días "va a limitar su actividad al mantenimiento de las operaciones mínimas indispensables para no causar un daño a nuestras instalaciones y al aseguramiento del suministro de material destinado a los sectores calificados como esenciales". No está claro que ocurrirá con los hornos altos o con las dos acerías.

Unas horas antes del anuncio de Arcelor la patronal siderúrgica nacional, Unesid, calificó de "chapuza" el decreto del Gobierno y pidió al Ejecutivo que aclare cuestiones como, por ejemplo, qué hacer con los hornos altos que Arcelor tiene en Gijón y que no pueden parar de un día para otro. "Lo están llamando hibernación cuando deberían decir que es un cerrojazo a la economía", señaló el director general de Unesid, Andrés Barceló. Y añadió que "hay instalaciones que no se pueden cerrar en 16 horas y menos por la noche cuando la gente tiene la mala costumbre de dormir. Necesitamos seguridad jurídica". La patronal regional del sector, Femetal, puso cifras y aseguró que para muchas pequeñas y medianas empresas estas medidas pueden suponer el cierre. Alertó la asociación que hasta el 30% de estos negocios podría echar la persiana lo que supondría la destrucción del 40% del empleo en este potente sector.

Antes de Arcelor ya habían tomado la decisión de poner a "invernar" sus instalaciones Alu Ibérica, Asturiana de Zinc, dejando en ellas a los mínimos trabajadores posibles para hacer tareas de mantenimiento. Algunas de ellas, no obstante, no se conforman y le han pedido explicaciones al Gobierno de si pueden retomar su actividad en los próximos días.

Aguas abajo hubo un reguero de dudas y de interpretaciones diversas sobre el decreto del gobierno. Los sindicatos hablaban de "caos" y las empresas industriales iban tomando medidas según iban haciendo sus propias interpretaciones. Fue el caso de Alu Ibérica (la antigua Alcoa) que el domingo por la tarde había llamado a sus trabajadores a incorporarse al trabajo y ayer reunió al comité de empresa para comunicarle que la fábrica de Avilés iba a parar manteniendo los servicios mínimos indispensables de mantenimiento, limpieza, vigilancia y servicio médico en sus fábricas. La parada se hará "de forma ordenada y segura" para evitar daños a los equipos productivos. Idéntica situación se vivió en Asturiana de Zinc, que decidió dejar al "mínimo su actividad" y trabajar como si de un fin de semana se tratara. No obstante, la empresa trasladó al comité que durante estos días va a exigir a las autoridades regionales y nacionales poder reactivar su producción lo antes posible.

La firma corverana Hiasa también prepara su hibernación para que sea efectivo desde hoy, al igual que Galvanizados Avilés. Ambas empresas se han visto obligadas a poner en marcha un plan especial de mantenimiento de sus piscinas de cinc fundido para galvanización, dado que es inviable dejar enfriar el pote donde se sumergen las piezas de acero a revestir mediante baño electrolítico para evitar su corrosión. Habrá retenes de guardia y mantenimiento. El fabricante de componentes eólicos del Grupo Daniel Alonso también para aunque va solicitar autorización para reanudar la actividad.